Tres países se comprometen para la Gestión del Agua en el Chaco

Tres países se comprometen para la Gestión del Agua en el Chaco | Autor: CWS | En la región del Gran Chaco se están tomando acciones colaborativas frente a la escasez de agua, la deforestación y las prácticas agrícolas insostenibles. Estas acciones incluyen las “Mesas de Agua”, un espacio diseñado para mejorar la gestión del recurso hídrico e involucrar a comunidades, organizaciones de la sociedad civil y expertos técnicos en la toma de decisiones.   El pasado 5 de septiembre, en Boquerón, Paraguay, se realizó el Segundo Encuentro Trinacional de Mesas de Gestión del Agua, con la participación de 35 representantes de Mesas de Agua de Argentina, Bolivia y Paraguay.    Tras un día de plenarias, visitas a iniciativas locales y actividades conjuntas, se establecieron los siguientes compromisos:   Paraguay acordó establecer una línea de base para la gestión del agua en el distrito, involucrar a más municipios del Chaco en la Mesa de Gestión del Agua y desarrollar un Plan Estratégico de Gestión del Agua a nivel distrital.   Argentina se comprometió a certificar a los constructores de cisternas, reglamentar la Ley de Agua 8168/19 de Salta y fortalecer la Mesa de Agua en Jujuy. También desarrollarán una aplicación para sistematizar los datos de acceso al agua.   Bolivia trabajará en políticas públicas para la recolección de agua de lluvia, buscará financiamiento y promoverá la inclusión de sistemas de recolección de agua en la infraestructura pública. Además, planean desarrollar proyectos de agua segura para las comunidades indígenas.   La organización del encuentro estuvo a cargo de la Plataforma Semiáridos y la Fundación Hugo, con el apoyo de la Municipalidad de Boquerón, International Land Coalition (ILC) y CWS.    Estas iniciativas basadas en los territorios son pasos cruciales hacia la realización participativa del derecho universal al agua. Conoce más sobre estos procesos en las redes sociales de Plataforma Semiáridos y CWS. Relacionadas: Gran Chaco Sudamericano Video: Voces de mujeres indígenas 27 de agosto, 2024Leer ahora “Las mujeres de esta comunidad parecen haber despertado de un largo sueño” 24 de julio, 2024Leer ahora Respuestas locales al impacto del cambio climático en el Bajo Chaco Paraguayo 2 de febrero, 2024Leer ahora

Las manos de doña Santos cosechan el futuro de su familia

Las manos de doña Santos cosechan el futuro de su familia | Autor: CWS | En la comunidad de Cunta, una pequeña vereda de Macuelizo, Santa Bárbara (Honduras), doña Santos está inspirando un cambio. Ella atravesó una fase de muchos desafíos tras la pérdida de su esposo y uno de sus cinco hijos, pero con el apoyo de su familia, logró sobreponerse y pasó de ayudar en la venta de verduras de un terreno ajeno a tener su propio espacio de cultivo. Ahora, cuenta con un equipo de jóvenes de la comunidad que la apoyan en la distribución de las verduras que cosecha y ya está planeando abrir su propia tienda.   La suya es una de las 21 familias de la zona que están participando en el proyecto ‘Produce Verde’, implementado por nuestro socio local Comisión de Acción Social Menonita CASM, con el apoyo de Growing Hope Globally.  En total, son 750 familias en los municipios de Macuelizo, Nueva Frontera y Azacualpa.    “Por aquí siempre hemos tenido problemas de agua. Yo antes no sabía usar la motobomba, todo era más difícil. Después, fuimos aprendiendo más cosas”, cuenta doña Santos. Y es que precisamente, uno de los componentes del proyecto es la Seguridad Alimentaria Nutricional y Agricultura Familiar, que se enfoca en la formación en salud y nutrición de las familias rurales para fortalecer sus capacidades y promover su desarrollo.    Familias como las de doña Santos reciben acompañamiento técnico, participan en diversas actividades de producción, saneamiento ambiental y prácticas sostenibles. Los participantes también asisten a reuniones con el gobierno local y a actividades sobre los derechos de las mujeres, emprendimiento y autocuidado.   Participando en las formaciones, doña Santos aprendió a usar abonos orgánicos, aumentó la calidad de sus cultivos y aprendió a manejar sus ingresos.    “Me siento muy bien porque ahora que estoy en este proyecto, he prosperado un poco.  Tampoco tengo que comprar comida para mi familia, todo viene de la tierra. A veces, compramos chile. Ya estuve con un grupo de mujeres aprendiendo a hacer encurtidos.”    Después de muchos años con una rutina que comienza a las 4:30 de la mañana, el trabajo de doña Santos se ha vuelto desgastante para su salud, pues a veces le duele mucho una rodilla y no puede salir a vender en su carreta. Sin embargo, ella ya está pensando en una solución: “Pienso poner una tienda para vender mis cosas. Yo no guardo el dinero sino que lo voy invirtiendo otra vez en el negocio”, dijo.   Además de su proyecto con frutas y verduras, ella tiene un corral de gallinas y ya está preparando otro espacio para recibir la donación de un cerdo.    Haz clic aquí para conocer más sobre los programas que acompañamos en Centroamérica. Relacionadas: Historias de cambio Voces de mujeres indígenas 27 de agosto, 2024Leer ahora “Animo a todos los jóvenes a aprender una profesión” 30 de julio, 2024Leer ahora “Las mujeres de esta comunidad parecen haber despertado de un largo sueño” 24 de julio, 2024Leer ahora

Respuestas locales al impacto del cambio climático en el Bajo Chaco Paraguayo

Respuestas locales al impacto del cambio climático en el Bajo Chaco Paraguayo | Autor: CWS | Todos los años, el 2 de febrero, se conmemora el Día Internacional de los Humedales.   Se estima que en los últimos 50 años, el mundo ha visto desaparecer el 35% de sus humedales, un ecosistema vital que se esfuma tres veces más rápido que nuestros bosques.   En el 2023, a pesar de sus extensas áreas húmedas, el Bajo Chaco Paraguayo experimentó eventos climáticos extremos con inundaciones y luego, sequías.   De acuerdo con informaciones de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil y la Dirección de Meteorología e Hidrología en Paraguay, las intensas lluvias entre febrero y marzo registraron acumulaciones de hasta 700 mm en menos de 30 días, lo cual afectó a las comunidades indígenas de la región, especialmente las más alejadas de las carreteras pavimentadas, como Yakye Axa, Colonia 96 y Buena Vista.   En contraste, la escasez de lluvias entre abril y noviembre causó una sequía de ocho meses. A pesar de llenar reservorios en el primer trimestre, las comunidades se quedaron sin agua potable en octubre.   A pesar de estos impactos, nuestro socio local, la Pastoral Social Benjamín Aceval implementó un proyecto en las comunidades indígenas Enxet Sur, que incluye la rehabilitación o expansión de la infraestructura hídrica, la participación activa de mujeres indígenas en la gestión del agua, el fomento de la participación ciudadana en la Mesa Técnica Departamental sobre Cambio Climático, y la colaboración con otras comunidades para identificar los riesgos climáticos.   Un total de 250 mujeres, jóvenes y hombres de 19 aldeas recibieron capacitaciones en derechos humanos durante el 2023. Además, se promovió la alfabetización de 75 personas. También se desarrollaron otros procesos como actividades comunitarias, promoción de la seguridad alimentaria y reactivación de las huertas agrícolas. Este año, la meta es alcanzar a las nueve de las tres comunidades que ya están participando.   Este proyecto, que se implementa con el apoyo de Growing Hope Globally, demuestra que la acción local puede marcar la diferencia. La rehabilitación de la infraestructura hídrica, la participación ciudadana y las prácticas regenerativas son pasos fundamentales hacia la resiliencia frente a los impactos del cambio climático.   Conoce más de la Pastoral Social Benjamín Aceval, en su página de Facebook. Relacionadas: Gran Chaco Sudamericano La experiencia de ser un líder comunitario indígena en el Gran Chaco 22 de septiembre, 2023Leer ahora Sistemas de captación de agua de lluvia para superar los desafíos climáticos en el Gran Chaco 23 de agosto, 2023Leer ahora “Estoy orgullosa de ser una chica trans que juega al fútbol, es mi pasión” 28 de junio, 2023Leer ahora

Con incidencia y liderazgo, Don Elías logró que su comunidad acceda al agua

Con incidencia y liderazgo, Don Elías logró que su comunidad acceda al agua | Autor: CWS| En el remoto pueblo de Pinabete, zona rural de Honduras, la lucha por el derecho al agua y la acción de una pequeña comunidad dio resultados. El líder Elías Pérez asumió el desafío de trabajar en incidencia política, y no solo logró persuadir al gobierno local para que les diera permiso de utilizar una fuente de agua que hallaron cerca, sino también los recursos para construir la infraestructura necesaria y llevar el vital líquido a todos.    Don Elías vive con su esposa y dos hijas, se dedica a la recolección de café y la siembra de hortalizas y granos. Él es el presidente de la junta de agua en el Pinabete y de la Asociación de las Juntas de Agua en el municipio de Azacualpa. “Todo ha sido como una misión para mí. Vamos a lograr cubrir tres comunidades”, dijo.    En medio de su labor, él conoció al equipo de la Comisión de Acción Social Menonita CASM en la zona y entró a participar en el proyecto que busca mejorar las condiciones de vida de las personas a través de entrega de insumos agrícolas y capacitaciones. Además de los insumos, Don Elías recibió apoyo para la construcción de una letrina para su familia.   A través de CASM, en coordinación con las autoridades locales, y el apoyo financiero de Growing Hope Globally, lograron destinar recursos para comprar tubos, válvulas y cemento. El próximo año (2024) comenzará el proyecto de abastecimiento con el que cerca de 300 habitantes recibirán agua.    Para César Yovani Soriano, del equipo regional de CASM en Santa Bárbara, “el abastecimiento de agua con calidad y segura para las familias es una prioridad. Don Elías es una conexión importante porque él está liderando las juntas de agua locales; él nos ayuda a identificar necesidades de las comunidades y gestionar recursos del gobierno local”.   En el caso de las letrinas, se identifican a las familias que más la están necesitando. Les ayudan con la tasa campesina (un sanitario de cierre hidráulico y una pila de almacenamiento de agua) y las láminas de aluminio para cubrirla. En los casos en los que las familias completaron más de 20 años con una letrina; el apoyo fue para actualizarla o repararla.   A través de esfuerzos colaborativos, Pinabete pasó de ser una comunidad que luchaba por el acceso al agua a una empoderada con los recursos esenciales para una vida mejor.    Don Elías concluyó diciendo que “hay que sembrar, porque de lo que yo siembre en esta tierra, es como todo mundo me va  a recordar. Ese es mi deseo, dejar huellas bien plantadas”.   Agradecemos a la Comisión Menonita de Acción Social (CASM) por su liderazgo en este programa y a la generosidad de Growing Hope Globally por su apoyo. Personas migrantes y refugiadas ¿Cómo la migración exige una actuación multisectorial? 21 de septiembre, 2023Leer ahora El trabajo de los defensores de migrantes en “un país de impunidad” 20 de septiembre, 2023Leer ahora Desde el Darién hasta México: el rol de las organizaciones basadas en la fe 19 de julio, 2023Leer ahora

Sistemas de captación de agua de lluvia para superar los desafíos climáticos en el Gran Chaco

Sistemas de captación de agua de lluvia para superar los desafíos climáticos en el Gran Chaco | Autor: Fionuala Cregan | “Habíamos oído hablar del cambio climático, pero no creíamos que fuera cierto hasta que empezó a hacer más calor y más calor. Este año hizo 47°C a la sombra y todavía no ha llovido”, dijo Víctor Arroyo, miembro de una organización de pequeños agricultores en la región argentina del Gran Chaco en Sudamérica.   Esta región semiárida ubicada en zonas de Argentina, Paraguay y Bolivia, es la segunda área forestal más grande de Sudamérica después de la Amazonia. Ocupa el 31% del área total de los tres países y alberga apenas al 2.9% de sus poblaciones.   Durante las últimas dos décadas, la deforestación masiva para la cría de ganado y la soja, junto con el aumento de las temperaturas, han causado estragos en la región, que cada vez experimenta más períodos de sequías prolongadas. La mayoría de los habitantes de la región son agricultores e indígenas que viven en condiciones de vulnerabilidad y aislamiento, y a menudo pasan semanas sin acceso a agua segura.   Hoy, Víctor Arroyo y sus colegas son optimistas: En 2014, una semilla fue plantada en silencio. Un grupo de agricultores del semiárido noreste de Brasil visitó la región del Chaco en Salta, Argentina. Se reunieron con pequeños agricultores y representantes de comunidades indígenas Wichi para compartir su experiencia de vivir en una región semiárida y cómo los sistemas de Captación de Agua de Lluvia (CAL) se convirtieron en la solución.   Así, estos trabajaron juntos con las comunidades para construir el primer sistema de CAL del Chaco argentino. Desde entonces, el socio local de CWS, Fundapaz, ha capacitado a equipos de construcción en sistemas de CAL, y el Gobierno, a través de su Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Gobierno del Estado de Salta, han comenzado a seguir su ejemplo.   Los sistemas de Captación de Agua de Lluvia (CAL) son rápidos de construir y relativamente de bajo costo, especialmente porque el trabajo puede ser realizado por equipos de construcción locales, y la burocracia es poca.   El objetivo es construir 2.000 sistemas de CAL en la región de Salta en el Chaco, y 10.000 en todo el Chaco argentino. Hasta ahora, Salta cuenta con 400 sistemas de CAL y según Gabriel Saghezzo, de Fundapaz, la tasa de éxito, es decir, la construcción sólida y el uso y mantenimiento correctos por parte de las familias, es en promedio, del 65 por ciento.   Un elemento determinante para el éxito es que la iniciativa se implementa no como un proyecto de construcción, sino como una iniciativa social.   En la mayoría de los casos, las familias beneficiarias trabajan junto con el equipo de construcción local para construir sus cisternas. Mientras Fundapaz brinda apoyo durante la construcción del sistema de CAL, una vez que ha llovido y se ha probado la calidad del agua, la responsabilidad de la gestión se transfiere a la familia.   “Sabemos lo importante que es cuidar nuestro sistema de CAL. No queremos volver a cargar agua en cubos; estamos contentos con este sistema”, manifestó Victoria Romero de la comunidad indígena Wichi Lote 75.   Por el contrario, para muchas comunidades indígenas en particular, los sistemas de CAL son considerados solo como una solución temporal.   Con esto en mente, CWS y sus socios también están trabajando en un estudio para comprender los patrones de uso de los sistemas de CAL que se han construido y así acompañar a las familias para que el sistema funcione para ellas. Relacionadas: Gran Chaco Sudamericano La experiencia de ser un líder comunitario indígena en el Gran Chaco 22 de septiembre, 2023Leer ahora “Estoy orgullosa de ser una chica trans que juega al fútbol, es mi pasión” 28 de junio, 2023Leer ahora Iniciativas juveniles para cuidar el medio ambiente desde las comunidades 7 de mayo, 2023Leer ahora

Agua de lluvia para reducir la vulnerabilidad al cambio climático

Agua de lluvia para reducir la vulnerabilidad al cambio climático 71 indígenas que trabajan en la construcción de sistemas de captación de agua de lluvia y cisternas se reunieron por primera vez en Orán, un pueblo cerca de la frontera de Argentina y Bolivia, en la región del Gran Chaco Sudamericano. | Autor: CWS | En la provincia de Salta, Argentina (parte del Gran Chaco Sudamericano), las familias indígenas viven en niveles de alta vulnerabilidad; cada año, especialmente en el verano, las condiciones empeoran y aumentan las enfermedades relacionadas al consumo de agua no potable o deshidratación.   Se trata de una situación extrema en una región muy seca donde las familias, a pesar de vivir en zonas remotas y dispersas, hacen lo posible por sobrevivir. Ellas cazan, pescan, cosechan frutos silvestres, crían vacas y cabras y trabajan en ranchos vecinos como trabajadores agrícolas.   En medio de este contexto, nuestros socios locales, junto con algunas ONG, hacen un esfuerzo enorme para construir, cada año, entre 150 y 200 sistemas familiares de recolección de agua de lluvia, con el financiamiento y apoyo de los gobiernos locales, regionales y del Banco Interamericano de Desarrollo BID.   La semana pasada, el 13 de marzo, dichas entidades se encontraron en Orán y realizaron el Primer Encuentro de Constructores de Cisternas – Sistemas de Cosecha y Almacenamiento de Agua de Lluvia de la región.  Se dialogó sobre las etapas del proceso de construcción de las cisternas y la importancia del acceso al agua segura para las familias. La agenda también incluyó temas como el enfoque de género.   Este evento, organizado por la Mesa de Agua, brindó un espacio seguro para que los equipos de construcción locales, las familias beneficiarias, las organizaciones de la sociedad civil y las autoridades locales se reunieran, intercambiaran puntos de vista y priorizaran las oportunidades de mejora.   La Cosecha Doméstica de Agua de Lluvia (Domestic Rainwater Harvesting) es una de las soluciones locales apropiadas para cumplir con la meta del acceso universal al agua segura en áreas rurales dispersas, especialmente en las regiones semiáridas de América Latina. Lo que está ocurriendo en Orán es un reflejo de las crecientes inversiones públicas y privadas a una solución que está cobrando impulso desde México hasta Suramérica. Sin embargo, la cosecha de agua de lluvia implica mucho más que construir una cisterna y un sistema de captación en la azotea.   CWS y sus socios que conforman la Plataforma Semiaridos y Mesa de Agua del Chaco Salteño, apoyan los esfuerzos liderados localmente para adoptar inversiones enfocadas en este reto; además, abogan por inversiones adicionales apropiadas al contexto y enfoques que promuevan: propiedad local, cambio de comportamiento sostenible, consulta comunitaria, colaboración interétnica y equidad de género.    En abril, dos miembros de Plataforma Semiaridos (uno del corredor seco de América Central y otro de la región noreste de Brasil) participarán en la consulta regional de América Latina sobre cambio climático y migración coorganizada por FES-CMDP. La seguridad del agua, los alimentos y la tierra son fundamentales para la vida de los pueblos rurales en las regiones semiáridas y su capacidad para adaptarse al cambio climático. Relacionadas: Gran Chaco Sudamericano Cuidar del agua para alimentar la región: el desafío en el Bajo Chaco Paraguayo 24 de enero, 2023Leer ahora Brotan el agua y las oportunidades para agricultores locales en Paraguay 20 de julio, 2022Leer ahora “Detrás de mi historia, hubo una familia que me abrazó” 1 de abril, 2022Leer ahora

COVID-19: Evaluación rápida de necesidades de personas mayores

COVID-19: Evaluación rápida de necesidades de personas mayores | Autora: Margot de Greef | Los primeros casos de COVID-19 se registraron en Haití el 19 de marzo de 2020. Para detener la propagación del virus, el gobierno anunció el cierre de diferentes sectores de inmediato. Como consecuencia, muchas personas perdieron sus trabajos, mientras que otros, en el sector informal, tuvieron que incumplir las restricciones de movimiento. El sistema de salud no estaba preparado para hacer frente a la pandemia, ya que no hay suficiente equipo médico, incluidos materiales de protección. En enero de 2021, la capacidad de testeos y tratamientos sigue siendo limitada en Haití. En este contexto, HelpAge International inició una evaluación del impacto del COVID-19 en la vida de las personas mayores, con el fin de informar sobre programas e incidencia. En Haití, esta evaluación fue realizada por Church World Service (CWS) en colaboración con cuatro asociaciones/organizaciones. Se realizaron entrevistas individuales con 240 personas mayores en la zona urbana de la capital Port-au-Prince y la zona rural del departamento del Noroeste. El 20 de enero de 2021, el Ministerio de Salud Pública reportó un total de 11.099 casos confirmados de COVID-19 y 243 muertes. Gran parte de las personas mayores en Haití no tienen ingresos para comprar alimentos, tener acceso al sistema de salud o comprar materiales básicos para protegerse del virus. Tienen acceso limitado al agua y jabón para lavarse las manos. Están luchando para hacer frente a los impactos del virus y necesitan apoyo sobre todo para acceder al sistema de salud. Se deben tomar medidas urgentes para transferir dinero en efectivo y proporcionar raciones de alimentos a dicho sector de la población, junto con actividades apropiadas para generar ingresos y una campaña de incidencia para mejorar la situación general de éstas personas. Prioridades para personas mayores durante COVID-19 AlimentosEl 92% tuvo que reducir la cantidad o la calidad de los alimentos que consumieron, debido al COVID-19. El 87% tiene alimentos en casa para menos de dos días. IngresosGran parte de las personas mayores no tienen forma de obtener ingresos y dependen de sus hijos u otras personas, quienes no pueden apoyarlos en este momento difícil porque muchos perdieron su trabajo. El 55% no tenía ahorros o los había gastado debido al COVID-19. Salud73% de la población mayor tiene dificultades para acceder a los servicios de salud y el 98% no sabe dónde está el centro de salud más cercano para realizar tests y tratar a las personas con COVID-19. El 91% de las personas mayores encuestadas tenía algún problema de salud, mientras que el 54% no podía obtener los medicamentos necesarios. Agua, saneamiento, higiene y COVID-19El 99% conoce las medidas que se deben tomar para protegerse del COVID-19, pero el 35% no puede aplicar el principio de lavado de manos debido al acceso limitado al agua, jabón y almacenamiento del agua. El 56% no puede comprar materiales de protección personal y 52% no tiene suficiente agua. BienestarDesde el inicio del COVID-19, casi la mitad de las personas mayores se sienten preocupadas, ansiosas o deprimidas por esta situación. El 41% considera que el abuso financiero es un riesgo para las mujeres y el 33% para los hombres. El 27% cree que existe riesgo de abandono de las mujeres y el 29% de los hombres. Recomendaciones Implementar un modo de transferencia de dinero en efectivo multipropósito para apoyar medios de vida adaptados a personas mayores y actividades para generar ingresos rápidamente. En áreas rurales, además de efectivo, facilitar alimentos. Ofrecer apoyo psicosocial a las personas mayores para trabajar su inquietud o ansiedad y su capacidad para hacer frente a la situación. Entregar medicamentos y facilitar el transporte de personas mayores si no pueden acceder a los centros de salud. Distribuir jabón, cloro y máscaras, así como sistemas de captación de agua, específicamente en áreas rurales.   Leer el informe completo en inglés o en creole.  Relacionadas: Haití y Bahamas Movilidad humana desde Haití. Causas de la migración. 4 de octubre, 2021Leer ahora Tipos de Movilidad de la población haitiana 4 de octubre, 2021Leer ahora

El derecho de las mujeres al agua: una “ruta de aprendizaje” en Argentina

El derecho de las mujeres al agua: una “ruta de aprendizaje” en Argentina | Autora: Agustina Ramos Mejia | Estamos a finales de octubre y la primavera acaba de comenzar en Argentina. Sin embargo, en el chaco parece que estamos en pleno verano y la temperatura alcanza fácilmente los 43 °C. En Orán, una ciudad en la provincia de Salta, treinta mujeres se encontraron para participar en una “ruta de aprendizaje”, intercambiar experiencias y aprender nuevas tecnologías de recolección de agua de lluvia. La “ruta de aprendizaje” es una metodología de formación basada en la experiencia y los saberes de las participantes. La ruta, que incluye momentos para el intercambio de información, análisis y reflexión, fue organizada por Fundapaz (Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz), socio local de CWS desde hace más de 15 años. El Gran Chaco es una región semiárida donde el acceso al agua segura es un derecho históricamente vulnerado. Durante cuatro días, 30 mujeres indígenas y criollas conversaron, rieron y compartieron sus experiencias sobre la situación de acceso al agua en sus comunidades y las estrategias para su uso y gestión dentro de sus familias. Dependiendo de la estación (lluviosa o seca), mujeres, niñas y niños pasan muchas horas del día caminando y transportando agua para el consumo humano, para los animales y para regar los cultivos. Donde quiera que se vaya en el Chaco, las personas dirán que el agua es el principal problema que requiere una solución urgente y a largo plazo. A lo largo de los años, los diferentes gobiernos han dado la espalda a estas familias y comunidades. La escasez de agua es una de las principales características de la vida en el Chaco y su ausencia afecta a todas las personas y a todas las actividades; pero el impacto es diferente en la vida de hombres y mujeres. Esta fue una de las reflexiones de la ruta de aprendizaje, donde una de las participantes compartió: “Las mujeres nos ocupamos y nos preocupamos porque haya agua para nuestras familias y animales, pero a la hora de las gestiones públicas los hombres siguen siendo los protagonistas”. A lo largo de los días, las mujeres aprendieron sobre el derecho al agua y al saneamiento, estrategias para la incidencia política y la que fue su parte favorita: una capacitación práctica sobre cómo construir una cisterna de recolección de agua de lluvia. A pesar del calor, se involucraron activamente en el proceso de construcción de una cisterna en el terreno de una pequeña iglesia anglicana en la comunidad wichi de Los Blancos. Un grupo de participantes, de los parajes Fortín Olmos y Fortín Charrúa del norte de Santa Fe, venían con la experiencia de construir 17 cisternas y compartieron sus aprendizajes y conocimientos guiando al grupo junto a los técnicos “cisterneros” de la comunidad. Ellas expresaron: “las cisternas de recolección de agua de lluvia cambiaron nuestras vidas, ahora podemos tener algo de tiempo libre y podemos planificar nuestro tiempo mejor”. En un mundo donde según Naciones Unidas “las mujeres y las niñas son las encargadas de recolectar agua en el 80% de los hogares sin acceso a agua corriente”, contribuir al acceso a agua tiene un fuerte impacto de género. En los próximos años, CWS continuará apoyando y promoviendo este derecho tan vulnerado en la región chaqueña y en particular la formación y participación de las mujeres en los espacios de toma de decisiones. Relacionadas: Gran Chaco Sudamericano “Detrás de mi historia, hubo una familia que me abrazó” 1 de abril, 2022Leer ahora Siembra de conocimiento en comunidades indígenas de Paraguay 2 de marzo, 2022Leer ahora

Una situación muy compleja que se complejiza aún más en Haití debido al COVID-19

Una situación muy compleja que se complejiza aún más en Haití debido al COVID-19 | Autora: Margot de Greef y Laura Curkendall. Traducido y adaptado por Luciano Cadoni. | Clic aquí para donar al Fondo de Respuesta al Coronavirus de CWS, que incluye el apoyo a este programa en Haití. Imagínate, por un momento, que se despertó esta mañana en un hogar situado en el Departamento del Noroeste de Haití. Si fuera así, probablemente estarías viviendo muy preocupado/a por el riesgo de contagiarte de COVID-19. Es verdad que esta es una preocupación que existe actualmente en muchos países del mundo. Sin embargo, la situación en Haití es bastante particular. De vivir allí, estarías en un país que atraviesa, desde hace muchos años, una gravísima crisis política. Y si estuvieras en la parte más pobre de Haití, el Departamento del Noroeste, también estarías en un lugar que está pasando por una crisis alimentaria desde hace más de seis meses. El acceso a alimentos es cada vez más complejo y el precio de éstos es cada vez más alto. La situación ha empeorado aún más debido al cierre de la frontera y a la disminución de la actividad comercial. Los alimentos no llegan a las comunidades. Si estuvieras allí hubieras plantado tus cosechas en marzo o abril para que tu familia pueda diera cosecharlas pronto. Eso te daría la posibilidad de poder poner comida en la mesa y vender lo que te sobra para ganar algo de dinero. Pero hubo una sequía este año, así que lamentablemente no pudiste plantar. En vez de eso, tú y tu familia se han tenido que comer las semillas que tenías reservadas para la siembra. Esa cosecha no sucederá, y no sabes cómo podrás alimentar a tu familia una vez que las semillas se hayan terminado. En medio de todo esto, oíste hablar de algo llamado coronavirus. Pero vives en una zona rural y no tienes radio, así que realmente no sabes ni entiendes muy bien lo que está pasando. ¿Puedes confiar en los rumores y noticias que te comentan tus vecinos? Has oído que las primeras personas que dieron positivo por COVID-19 fueron estigmatizadas y atacadas, así que no vas a comentarlo aun si crees que podrías también estar contagiado. Sumado a esto, no hay ningún hospital en esa zona del país donde puedas recibir tratamiento si es que tienes síntomas. La crisis política y los cortes de rutas que ocurrieron a finales de 2019 dejaron a los hospitales en una situación terrible. No cuentan con suficientes suministros médicos, oxígeno ni con combustible para mantener los generadores en marcha. En medio de esta situación acuciante, haces lo único que puedes hacer: trata de proteger a tu familia y espera que el virus no te alcance. ¿Pero cómo?Has oído que lavarte las manos es importante. Pero no tienes agua corriente ni jabón en casa. El gobierno dice que debes usar un tapabocas, pero no tienes uno. También dicen que debes quedarte en casa. Pero tienes que salir todos los días a buscar comida, ya que tu economía te permite solo cubrir las necesidades diarias. Un día sin trabajo es un día sin ingresos. Eso significa que no hay comida en la mesa. Si no puedes trabajar, tendrás que vender cualquier cosa que tengas de valor, incluido tu ganado, para tratar de pagar la comida. Miles de familias ni se imaginarían poder sobrevivir en una situación de este tipo y que empeora día a día. Sin embargo, es a lo que se enfrentan muchos de nuestros vecinos en esta región del país. “Los padres lloran porque no pueden darle de comer a sus hijos” dice Anouce Césaire, vecino del Departamento del Noroeste. “No se trata de la frecuencia con la que comen; comen accidentalmente, es casi un milagro.” Desde CWS, vemos como la situación de nuestros vecinos en el área se va deteriorando y es por eso que estamos haciendo lo mejor que podemos para ayudar. Junto con nuestros socios de esa zona del país, hemos elaborado un plan de respuesta al coronavirus que incluye diferentes fases. La primera fase ya está en marcha. Esto es, compartir información precisa y actualizada sobre la causa y transmisión del coronavirus y sobre cómo las personas pueden y deben protegerse para evitar los contagios. Esta información se distribuye a través de directores de escuelas, líderes religiosos y líderes comunitarios. También se hacen caminatas informativas por las comunidades con megáfonos para compartir el mensaje puerta a puerta pero respetando la distancia social. Nuestros colegas de la organización socia KED, están involucrando a enfermeras y trabajadores de salud comunitarios para colaborar en este proceso. Dado que las personas siguen siendo escépticas sobre el coronavirus y todavía están intentando discernir entre mitos y realidades, nosotros nos aseguramos de que puedan obtener información confiable y que provenga directamente de los profesionales de la salud. Pronto, entraremos en la segunda fase que incluye llevar suministros de higiene a quienes no puedan acceder a ellos. Proporcionaremos tanques de agua portátiles que la gente podrá usar para lavarse las manos, junto con jabón y desinfectante. Mientras tanto, estamos ayudando a las familias a crear estaciones de lavado de manos usando contenedores de agua elevados y seguimos compartiendo consejos y recomendaciones de este tipo con más familias. Otro de nuestros socios, GRADAID, también está poniendo a disposición equipos de protección personal para los centros de salud y hospitales que los soliciten a través del Departamento de Salud del Noroeste. La tercera fase se centrará en la seguridad alimentaria y en ayudar a las familias a generar ingresos. Esto puede que incluya la distribución de semillas para cultivos rápidos para que las familias puedan cosechar lo antes posible. También puede significar volver a nuestro trabajo regular con estas comunidades. Esto es, ayudándoles a mejorar las formas en que pueden ganarse la vida pescando o cultivando. Más allá de que los planes evolucionen o cambien en las próximas semanas, una cosa es segura: nuestra máxima prioridad será ayudar a las familias aSigue leyendo “Una situación muy compleja que se complejiza aún más en Haití debido al COVID-19”

No queremos morir cargando agua

No queremos morir cargando agua CWS y sus socios han ayudado a construir 25 sistemas de captación de agua de lluvia en las azoteas de las escuelas locales, aumentando la capacidad de recolección y almacenamiento de agua de lluvia en 160.000 galones. | Autor: Martín Coria / Traducción: Mariana Morán | Con sus discretas, pero incansables actitudes, habilidades para escuchar, respeto por la sabiduría y experiencia de los ancianos y una sonrisa, Rebeca Soraire y Néstor Montes están transformando la América del Sur rural e inspirando a muchos otros a seguirlos. Ambos con menos de 30 años de edad, desempeñan papeles clave en un importante esfuerzo de colaboración, apoyado, en parte, por las organizaciones religiosas Food Resources Bank (FRB) y Church World Service (CWS), cuyo objetivo es promover la recolección de agua de lluvia de las azoteas de los hogares de las comunidades que habitan en la frontera entre Bolivia y Argentina. Este es posiblemente el lugar más caluroso de Sudamérica, donde más de 2.000 familias indígenas y campesinas que viven en lugares remotos, enfrentan déficits hídricos crónicos.   Entre 80 y 100 años atrás, los colonos campesinos, denominados criollos, se trasladaron a la zona creando tensión y conflictos, a veces violentos, por el uso de la tierra, entre éstos que eran ganaderos y los Wichi indígenas, seminómadas, cazadores y recolectores. Rebeca Soraire es nieta de uno de esos colonos criollos, que hoy en día son tan pobres como sus vecinos indígenas.   Además de participar activamente en la parroquia católica local y brindar una clase de alfabetización informática a estudiantes criollos y Wichis, Rebeca es miembro de la junta de la asociación regional de criollos de Los Blancos, Argentina. También es una de las pocas mujeres que integra un equipo local interétnico que encuesta a las familias, calcula su déficit hídrico y ayuda a crear mapas utilizando tecnología moderna, como equipos de GPS y Sistemas de Información Geográfica. Esos mapas, que hoy incluyen información de más de 2.000 familias, son herramientas fundamentales para trabajar sobre la problemática del agua. “No queremos morir llevando agua”, dice una Rebeca muy decidida.   “Al principio, realmente no me gustaba usar GPS, cámaras y realizar encuestas de hogares. Esto cambió cuando nos dimos cuenta de que realmente nos iban a ayudar. El mapeo nos ayudó a mostrarle al resto de la comunidad y a las autoridades, no sólo la magnitud del problema del agua en el área, sino también quiénes son las familias que necesitan prioridad. Por ejemplo, de 130 familias de una comunidad, 120 tenían problemas de titulación de tierras y todas carecían de acceso a agua potable”. En esta región, la sequía suele durar seis meses y el déficit hídrico es tan grave que el agua de lluvia recolectada se utiliza exclusivamente para el consumo humano.   Mientras tanto, Néstor, un hábil trabajador de la construcción, fabrica sistemas de captación de agua de lluvia en las azoteas. Él y otros miembros de la comunidad aprendieron a construir el tipo de cisterna de cemento que CWS y la ONG Fundapaz (socia local de FRB) trajeron de la región noreste de Brasil. Además de construir cisternas en el área de Los Blancos, donde vive, Néstor ahora viaja para entrenar a otros, en lugares tan distantes como Santiago del Estero o incluso cruzando la frontera con Bolivia. Néstor y su compañero de equipo tardan entre cinco y siete días en construir una cisterna de 4.226 galones, que incluye el tiempo que le demanda capacitar a personas locales interesadas en cómo construirlas. “Es conmovedor cuando construyes el primer sistema de recolección de agua de lluvia en una comunidad, pero se necesitan muchos más. El agua es nuestro problema número uno”, dice. Las dos últimas cisternas que Néstor construyó en dos comunidades criollas beneficiaron a 34 familias (unas 190 personas).   Néstor es también un líder comunitario en ascenso del pueblo Wichi, que se encuentra en transición a convertirse en asentamientos permanentes, como resultado de la migración interna y las disputas territoriales y de apropiación de tierras en la región. En su papel de representante regional del pueblo Wichi, Néstor frecuentemente se reúne con funcionarios públicos federales, provinciales y municipales y agencias gubernamentales para discutir iniciativas de desarrollo comunitario relativas al agua, la educación y la salud. También se involucra para resolver o prevenir conflictos comunitarios, incluidas las disputas interétnicas entre miembros indígenas y no indígenas de la comunidad. En palabras de Néstor, “Hay conflictos que separan a los Wichis de los criollos, pero no somos enemigos. Y cuando se trata del agua, por ejemplo, no hay diferencias entre nosotros “. Néstor construye, enseña, defiende y también es un pacificador.   Recientemente, Rebeca y Néstor viajaron a una conferencia regional organizada por Fundapaz y el FIDA, agencia para el desarrollo agrícola de las Naciones Unidas, sobre el mapeo comunitario como una herramienta para promover el acceso al agua, la tierra y la resolución de conflictos. Después de sus presentaciones, un periodista de un periódico nacional le preguntó a Rebeca cómo se las arregla ella para ser tan pacífica y la comunidad para mantenerse unida, cuando la situación del agua es tan desesperante y las necesidades y la injusticia son tan graves. Se detuvo por unos segundos y respondió: “No es fácil, pero nunca usaremos la violencia porque somos pobres y, como miembros más débiles de la comunidad, estamos seguros de que obtendremos la peor parte”.   Néstor, Rebeca y las organizaciones comunitarias que ellos representan son actores vitales en el grupo de trabajo local sobre el agua que Fundapaz ayudó a crear. Otros miembros del grupo de trabajo incluyen el gobierno provincial de Salta y ONG locales y grupos comunitarios. CWS es uno de los dos observadores internacionales invitados a acompañar al grupo de trabajo. De tener éxito, el paisaje de esta zona semiárida de América del Sur, conocida como Gran Chaco, cambiará para siempre con cientos, si no miles, de sistemas de captación de agua de lluvia en las azoteas que se convertirán, de esta manera,Sigue leyendo “No queremos morir cargando agua”

CWS trabaja en más de 30 países incluyendo Estados Unidos y es miembro de la Alianza ACT y de InterAction (Consejo Estadounidense para la Acción Internacional Voluntaria).

 

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