Video: Voces de mujeres indígenas

Video: Voces de mujeres indígenas | Autor: CWS | En Paraguay, un grupo de mujeres está haciendo oír su voz. Ellas se capacitaron sobre derechos humanos y perdieron el miedo a participar en las reuniones donde se toman decisiones sobre sus comunidades. Estas actividades de empoderamiento hacen parte del proyecto “Desarrollo Rural en Nueve Comunidades Indígenas del Bajo Chaco Paraguayo”, implementado por la Pastoral Social Diocesana de Benjamín Aceval y financiado por Growing Hope Globally  https://www.cwslac.org/wp-content/uploads/2024/08/01.Genara.mp4 Genara Martínez. Aldea 26 de Junio, Espinillo, Paraguay. https://www.cwslac.org/wp-content/uploads/2024/08/02.Jorgelina.mp4 Jorgelina Flores. Comunidad Yakye Axa, Paraguay. https://www.cwslac.org/wp-content/uploads/2024/08/03.Marisa.mp4 Marisa Galeano. Comunidad Yakye Axa, Paraguay. https://www.cwslac.org/wp-content/uploads/2024/08/04.Sonia.mp4 Sonia Recalde. Lideresa Espinillo Centro, Paraguay. https://www.cwslac.org/wp-content/uploads/2024/08/05.Teresa.mp4 Teresa Benítez. Agricultora. Aldea 9 de Agosto, Paraguay. https://www.cwslac.org/wp-content/uploads/2024/08/06.Raquel.mp4 Raquel Seleckel. Abogada. Técnico de la Pastoral Social Diocesana de Benjamín Aceval, Paraguay. Relacionadas: Gran Chaco Sudamericano “Las mujeres de esta comunidad parecen haber despertado de un largo sueño” 24 de julio, 2024Leer ahora Respuestas locales al impacto del cambio climático en el Bajo Chaco Paraguayo 2 de febrero, 2024Leer ahora La experiencia de ser un líder comunitario indígena en el Gran Chaco 22 de septiembre, 2023Leer ahora

“Animo a todos los jóvenes a aprender una profesión”

“Animo a todos los jóvenes a aprender una profesión” | Autor: CWS | Usar un celular se ha vuelto casi esencial para las personas en los últimos años. Este dispositivo ha evolucionado de una simple herramienta de comunicación a un valioso recurso de trabajo y estudio. En Baie-de-Henne, ubicado en el noroeste de Haití, un grupo de jóvenes aprovechó la oportunidad para mejorar sus ingresos y calidad de vida reparando equipos en su comunidad.   Recientemente, 23 jóvenes participaron en una capacitación en reparación de celulares centrada en técnicas de decodificación, redes móviles, actualizaciones de firmware, desbloqueo de tarjetas SIM y reparaciones de software y hardware. Esta actividad fue parte del proyecto “Construyendo Resiliencia”, implementado por nuestro socio local Organisation des Planteurs de Fond Saint-Luc pour le Développement Intégré de Baie-de-Henne (OPFSLDIBH).   Salem Oreus fue uno de los participantes. Él tiene 38 años, completó un año de secundaria, está casado y tiene dos hijas. “He estado reparando teléfonos desde 2008. Mis habilidades se basaban en la experiencia, la prueba y el error, pero sin mucho conocimiento. También reparo radios y televisores. Los ingresos de la reparación de teléfonos me ayudan a mantener a mi familia y formar parte en grupos de ahorro”, dijo.   Gracias a la capacitación, Salem aprendió a hacer reparaciones más complejas de dispositivos, como desbloquear tarjetas SIM, actualizar firmware y crear cuentas de correo electrónico. Él compartió: “Ahora comprendo mejor sobre las redes y la tecnología, y puedo hacer mejor uso de nuevos materiales en las reparaciones y la decodificación”.   Otro participante fue Obender Palmy, un joven de 21 años que completó la escuela secundaria y vive con sus padres. Aunque siempre le interesó mucho la tecnología, no podía pagar educación superior o cursos especializados. “Me interesaba decodificar celulares, pero no podía encontrar oportunidades de aprendizaje asequibles. Gracias al club AEB y OPFSLDIBH, fui seleccionado para adquirir conocimientos en esta área. Ahora, estoy orgulloso de reparar celulares”, comentó.   Con sus nuevas habilidades, Obender abrió una cuenta de ahorros y comenzó un pequeño negocio vendiendo baterías, cables y otros suministros para dispositivos, además de ofrecer servicios de transferencia de dinero por celular. “Mi trabajo y los servicios que ofrezco en la comunidad aumentan mis ingresos, me ayudan a lograr autonomía financiera”, explicó Obender, y añadió que “debido a la inversión limitada en materiales, no puedo ofrecer más servicios, lo que me arriesga a perder clientes debido a las herramientas que me faltan”.   Reconociendo el potencial de Obender, el personal de OPFSLDIBH lo visitó a él y a otros dos participantes seleccionados para ofrecer préstamos para la compra de herramientas y materiales adicionales necesarios para expandir sus negocios. En el futuro, Obender y Salem aspiran a avanzar en su aprendizaje en reparación de computadoras. Ellos creen en la educación y capacitación vocacional de los jóvenes. Salem está comprometido a ayudar a otros jóvenes en la comunidad para que desarrollen sus habilidades y autonomía financiera. “Animo a todos los jóvenes a aprender una profesión” dijo.    De manera similar, Obender está dedicado a compartir sus experiencias de capacitación para inspirar a más jóvenes a educarse y explotar sus habilidades. “Estoy agradecido con los equipos de OPFSLDIBH y CWS por esta capacitación, que me ayudará a ofrecer más servicios en la comunidad y aumentar mis ingresos”, expresó.   El proyecto Construyendo Resiliencia es implementado por nuestro socio local, Organisation des Planteurs de Fond Saint-Luc pour le Développement Intégré de Baie-de-Henne (OPFSLDIBH), con el apoyo financiero de Growing Hope Globally. Haití y el Caribe Una mirada más cercana a la vida en Haití 16 de julio, 2024Leer ahora Jornadas de atención comunitaria que transformaron el espíritu de ayuda de sus participantes 10 de abril, 2024Leer ahora Inversión en medios de vida rurales, un impulso del crecimiento comunitario 13 de noviembre, 2023Leer ahora

“Las mujeres de esta comunidad parecen haber despertado de un largo sueño”

“Las mujeres de esta comunidad parecen haber despertado de un largo sueño” | Autor: CWS | En la aldea de Sawhoyamaxa del pueblo Enxet (Paraguay), Mariana Ayala es madre, abuela y líder de las mujeres. Ella participó en todas las capacitaciones implementadas por nuestro socio local, Pastoral Social Diocesana Benjamín Aceval (PSDBA) y hoy desempeña un papel clave motivando a otras mujeres para que conozcan sus derechos.   Recientemente, Mariana y otras líderes reconocidas fueron invitadas a compartir sus historias y lecciones con mujeres de comunidades vecinas donde las capacitaciones sobre empoderamiento estaban por comenzar. Se trata de una de las actividades del proyecto “Desarrollo Rural en Nueve Comunidades Indígenas del Bajo Chaco Paraguayo”, y su objetivo es fortalecer los lazos entre las mujeres dentro de la aldea, mejorar el liderazgo femenino y promover un intercambio de conocimientos y empoderamiento mutuo.   Mariana comentó: “Estoy feliz de compartir mi testimonio con las mujeres que viven en estas comunidades. Quiero animarlas a luchar por nuestros derechos, porque tenemos la Ley 904/81 que establece el estatuto de las comunidades indígenas paraguayas de nuestro lado, y debemos usarla como nuestra herramienta”.   Esta mujer fue testigo de la histórica lucha de las mujeres por la tierra: “Logramos recuperar nuestras tierras ancestrales gracias a la valentía de las mujeres. Seguramente, conocen o han oído hablar de mi comunidad Sawhoyamaxa”*.    Con sincera emotividad, ella contó sobre la razón de su sacrificio para estar presente ese día compartiendo sus aprendizajes: “Ahora soy una mujer mayor. Me alegró mucho recibir, la semana pasada, la invitación para venir aquí. Acepté de inmediato. Anoche apenas dormí hasta las 2:00 a.m., cuidando a una persona enferma. Pocas personas tienen la paciencia para cuidar a los enfermos, pero debemos ser pacientes con los demás. Casi no vengo hoy, pero aquí estoy, feliz de verlas a todas. Esta es mi primera visita a Buena Vista, y vengo con el espíritu de alentarlas para que juntas avancemos en la defensa de nuestros derechos y en el desarrollo de nuestras comunidades”.   La historia de Mariana es una de las muchas que nos inspiran. Mariza Galeano, madre, abuela y líder entre las mujeres de la aldea Yakye Axa, también participó en el proceso de capacitación que realizó la Pastoral Social. En su comunidad, en lugar de caminos tenían maleza, y ella lideró la limpieza y rehabilitación de la vía junto a su esposo y sus hijos.    Mariza comentó: “Quiero compartir lo feliz que estoy con la Pastoral Social. Gracias a las capacitaciones y talleres, las mujeres de mi comunidad parecen haber despertado de un largo sueño. Ahora, conocemos nuestros derechos, queremos que se respeten y luchamos para asegurarnos de que se cumplan. Asistimos a las reuniones comunitarias, participamos, levantamos nuestra voz y pedimos cosas para la comunidad, porque las mujeres tenemos una perspectiva diferente a la de los hombres. Entendemos mejor las necesidades de la comunidad”.   Mariana Ayala y Mariza Galeano representan las voces de las mujeres en sus aldeas y se han convertido en faros de esperanza y determinación para quienes luchan por un futuro más justo y equitativo.   * La comunidad indígena Sawhoyamaxa, del pueblo Enxet, pasó muchos años reclamando el derecho a sus tierras, de las que fue desalojada en la década de los 90.    “Desarrollo rural en nueve comunidades indígenas del Bajo Chaco Paraguayo”, es un proyecto liderado por Church World Service y la Pastoral Social Diocesana Benjamín Aceval con el apoyo financiero de Growing Hope Globally. “Tenía verguenza de hablar durante las capacitaciones. No conocía que tenía derechos. Hoy en día es como que me desperté” Sonia Recalde Lideresa Espinillo “Esto que hace la Pastoral Social es lo más lindo que puede haber, porque vienen a educarnos sobre los derechos, a saber cómo podemos defendernos. Nos muestran cómo debemos vivir, entre niños, mujeres y varones, como parte de una sociedad” Martin Cabellero Líder Espinillo “Yo tenía miedo de hablar, eso es porque nadie me educó, nadie me enseñó sobre las leyes, pero ahora uso mi conocimiento. Aunque no sé leer bien, tengo en mi mente lo que tengo que decir. Donde voy, hablo sobre mis derechos” Estelvina Torrales Lideresa Aldea 9 de Agosto Relacionadas: Gran Chaco Sudamericano Voces de mujeres indígenas 27 de agosto, 2024Leer ahora Respuestas locales al impacto del cambio climático en el Bajo Chaco Paraguayo 2 de febrero, 2024Leer ahora La experiencia de ser un líder comunitario indígena en el Gran Chaco 22 de septiembre, 2023Leer ahora

Las manos de doña Santos cosechan el futuro de su familia

Las manos de doña Santos cosechan el futuro de su familia | Autor: CWS | En la comunidad de Cunta, una pequeña vereda de Macuelizo, Santa Bárbara (Honduras), doña Santos está inspirando un cambio. Ella atravesó una fase de muchos desafíos tras la pérdida de su esposo y uno de sus cinco hijos, pero con el apoyo de su familia, logró sobreponerse y pasó de ayudar en la venta de verduras de un terreno ajeno a tener su propio espacio de cultivo. Ahora, cuenta con un equipo de jóvenes de la comunidad que la apoyan en la distribución de las verduras que cosecha y ya está planeando abrir su propia tienda.   La suya es una de las 21 familias de la zona que están participando en el proyecto ‘Produce Verde’, implementado por nuestro socio local Comisión de Acción Social Menonita CASM, con el apoyo de Growing Hope Globally.  En total, son 750 familias en los municipios de Macuelizo, Nueva Frontera y Azacualpa.    “Por aquí siempre hemos tenido problemas de agua. Yo antes no sabía usar la motobomba, todo era más difícil. Después, fuimos aprendiendo más cosas”, cuenta doña Santos. Y es que precisamente, uno de los componentes del proyecto es la Seguridad Alimentaria Nutricional y Agricultura Familiar, que se enfoca en la formación en salud y nutrición de las familias rurales para fortalecer sus capacidades y promover su desarrollo.    Familias como las de doña Santos reciben acompañamiento técnico, participan en diversas actividades de producción, saneamiento ambiental y prácticas sostenibles. Los participantes también asisten a reuniones con el gobierno local y a actividades sobre los derechos de las mujeres, emprendimiento y autocuidado.   Participando en las formaciones, doña Santos aprendió a usar abonos orgánicos, aumentó la calidad de sus cultivos y aprendió a manejar sus ingresos.    “Me siento muy bien porque ahora que estoy en este proyecto, he prosperado un poco.  Tampoco tengo que comprar comida para mi familia, todo viene de la tierra. A veces, compramos chile. Ya estuve con un grupo de mujeres aprendiendo a hacer encurtidos.”    Después de muchos años con una rutina que comienza a las 4:30 de la mañana, el trabajo de doña Santos se ha vuelto desgastante para su salud, pues a veces le duele mucho una rodilla y no puede salir a vender en su carreta. Sin embargo, ella ya está pensando en una solución: “Pienso poner una tienda para vender mis cosas. Yo no guardo el dinero sino que lo voy invirtiendo otra vez en el negocio”, dijo.   Además de su proyecto con frutas y verduras, ella tiene un corral de gallinas y ya está preparando otro espacio para recibir la donación de un cerdo.    Haz clic aquí para conocer más sobre los programas que acompañamos en Centroamérica. Relacionadas: Historias de cambio Voces de mujeres indígenas 27 de agosto, 2024Leer ahora “Animo a todos los jóvenes a aprender una profesión” 30 de julio, 2024Leer ahora “Las mujeres de esta comunidad parecen haber despertado de un largo sueño” 24 de julio, 2024Leer ahora

Libertad, un camino de resiliencia y aprendizajes para Claudia

Libertad, un camino de resiliencia y aprendizajes para Claudia | Autor: CWS | Claudia Cardona hizo de su historia de vida una voz para muchas mujeres privadas de libertad o que acaban de recuperarla. Lideró, con sus compañeras, la creación de Mujeres Libres Colombia y ha ganado un lugar en debates, audiencias y encuentros nacionales y regionales sobre el tema. Cada día, ella se reconcilia más con un pasado que le dejó valiosos aprendizajes.   Cuando estuvo en prisión, en varias ocasiones fue elegida como representante de los Derechos Humanos, pero como desconocía tantas exigencias que podía hacer, normalmente pedía ayuda con alimentación y productos de higiene.   En el 2017, Claudia salió de la cárcel, entró a formar parte de la Comisión de Seguimiento al Estado de Cosas Inconstitucional de Colombia y conoció algo que la dejó impactada: las Reglas de Bangkok.   “Yo no podía creerlo”, recuerda, y es que sólo después de nueve años y tres meses en prisión, supo de la existencia de un recurso que le hubiera ayudado mucho antes. Igual le pasó con el reglamento del instituto penitenciario de Colombia Inpec, documento que exigió muchas veces y que sólo conoció al salir de la cárcel.   Un impulso de justicia social la llevó a comparar ambos reglamentos y reportar todos los incumplimientos que no coincidían con la realidad. “Yo quería ver las caras de mis compañeras. Yo conocía sus historias y a cada una le di la regla que yo sabía que habían vulnerado con ellas”, recuerda.   Esto quedó plasmado en el tercer informe de la Comisión de Seguimiento. Menos de un año después, y con la experiencia que venía cultivando, Claudia fundó, junto a otras compañeras, Mujeres Libres Colombia.  Esta organización busca eliminar el sufrimiento para todas las mujeres y sus familias, fomentando la abolición de la prisión y, mientras esto sucede, mitigando sus efectos negativos a través del apoyo y la solidaridad mutua.    “Aquí las mujeres encontraron un lugar para desahogarse, porque no podían hablar de esto (sus vivencias, denuncias, experiencias) en sus casas. Aquí era un espacio seguro para todas“, comenta Claudia, y describe que cuando las mujeres salen de prisión, se enfrentan al desafío de reconstruir una familia desconectada o enterarse de que sus hijos pasaron por maltratos; todo esto, mientras buscan trabajo, intentan integrarse a la sociedad y recuperarse psicológicamente.   En su caso, para Claudia lo más importante fue encontrarse con su hija. En una ocasión, la invitaron a dar una conferencia en Chile y decidió llevarla. Por inconvenientes en Migración, donde detuvieron a Claudia durante 12 horas, ella perdió el vuelo, pero animó a su hija a que siguiera el viaje con una compañera de trabajo, quien estaba autorizada como su acudiente.    Así fue: Ella no sólo representó a su mamá sino que compartió sus reflexiones y recuerdos, como el haber aprendido a cocinar a través de una llamada telefónica. “Ella vio la oportunidad de lo que yo estaba haciendo para vivir su proceso y aprender”, asegura Claudia. En los años siguientes, su hija se involucró más en las actividades de Mujeres Libres Colombia.   Por otro lado, en el 2021 la organización entró a formar parte de la Red Internacional de Mujeres Familiares de Personas Privadas de la Libertad RIMUF, plataforma que abrió más caminos y posibilidades para conectar con otras mujeres en el continente.   El año pasado, el trabajo de la organización dio más frutos. Precisamente, el 8 de marzo, el presidente de Colombia Gustavo Petro, sancionó la Ley 2292 de 2023, que permite a mujeres cabeza de familia cumplir sus penas fuera de la prisión, prestando servicios sociales no remunerados.    Paralelo a esto, Mujeres Libres Colombia adelantó más acciones de incidencia y logró por la sanción de la Ley de Salud Menstrual en el 2022, ahora están abogando para que se reglamente. En el 2023, la organización logró dictar 15 talleres de salud sexual y reproductiva  y otros temas, en siete cárceles de Colombia, y capacitó a más de 500 mujeres.   Cuando mira para atrás, Claudia asegura que siente orgullo, no sólo por ella sino por las 11 integrantes que hoy conforman la organización, mujeres que antes no lograban hablar y en ocasiones, sólo lloraban. Hoy, son ellas quienes le recuerdan qué temas debe mencionar en las audiencias y ponencias en las que Claudia participa. “Con la visita a las cárceles, ellas también pudieron conocer otros lugares de su país. Muchas, ni siquiera habian salido de Bogotá o viajado en avión”.   Desde CWS nos enorgullece acompañar a organizaciones como Mujeres Libres Colombia e historias como la de Claudia, un ejemplo de liderazgo y determinación de una madre que transformó sus peores pesadillas en sueños por construir con su hija y un colectivo de mujeres que cada día se fortalece más.  Relacionadas: Niñez, familia y cárcel Libertad, un camino de resiliencia y aprendizajes para Claudia 9 de marzo, 2024Leer ahora El sueño de un maestro que está cambiando vidas 1 de agosto, 2023Leer ahora Familiares de personas privadas de libertad, por primera vez ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) 14 de julio, 2023Leer ahora

Railda Alves y su lucha por los derechos de las personas privadas de libertad

Railda Alves y su lucha por los derechos de las personas privadas de libertad | Autor: CWS | “Cuando una persona comete un delito, se paga una doble condena. La persona va a la cárcel y cumple la suya, pero la otra condena es la que pagan también sus hijos y familiares que quedan afuera sufriendo. Luego, cuando sale, sigue el estigma social. Y esa condena es perpetua”.   Railda Alves tiene 57 años, nació en el noreste de Brasil, en Bahía, pero se crió y vive en las afueras de São Paulo desde sus 5 años. Su historia está marcada por un hecho que cambió su vida para siempre, el día en que su hijo fue arrestado. “Ahí comenzó todo mi proceso, en ese momento no entendía nada”.   En una de las primeras visitas ella empezó anotar hematomas y signos de tortura en el cuerpo de su hijo y fue ahí cuando sintió que tenía que comenzar a luchar por hacer valer sus derechos. “Comencé a hablar con otras familias, a repartir papeles escritos a mano  en las filas  de la cárcel con mis datos, para que otras mujeres y familiares  entraran en contacto conmigo. Necesitábamos cambiar toda esa realidad y organizarnos”.   Como resultado, en el 2004, y bajo su liderazgo, nació AMPARAR. La organización tiene como objetivo acompañar y asistir jurídica y socialmente a los grupos de familiares de personas privadas de libertad. “Una de las primeras denuncias que hicimos fue en relación a las  revisiones que nos hacen al entrar a la cárcel ya que nos parecía humillante, quedarse ahí desnuda para que me revisaran y confirmaran que  no llevaba nada ilegal o prohibido”.   AMPARAR se reúne virtual y presencialmente de manera regular para escuchar a los familiares y acompañarlos durante estos procesos. “Son personas invisibles para el poder público y que no reciben ningún tipo de ayuda”, dice Railda, quien señala que en primer lugar para ella, la organización le ha brindado un acompañamiento fundamental , pues cuenta con apoyo psicológico y una red de contención  que la acompañan cuando se acerca la fecha de visitar a su hijo en la cárcel.   “Para mí también es difícil. A veces pienso que no tengo más fuerza, pero llega un nuevo caso, y comienzo a hacer el acompañamiento, y eso me ayuda incluso, a salir de mi propio problema. Mi vida es eso, estar pendiente del celular a toda hora para acompañar a las familias”.   Por otro lado, Railda comenta que también la alienta saber que “hay organizaciones en otros países que sostienen luchas similares”. En este sentido, destaca la participación y lo importante que ha sido para la organización el integrarse a la  Red Internacional de Mujeres Familiares de Personas Privadas de la Libertad (RIMUF), fundada en el 2021 gracias al apoyo de CWS. Hoy en día, RIMUF se ha transformado en una referencia a nivel regional en relación a temas relacionados con el género, la justicia y la cárcel.   “Cuando uno participa en estas redes, empieza a tener otra visión, porque entiende que no sólo en su país existen estos problemas y entiende que la cuestión del encarcelamiento es global. Es muy importante poder escuchar y entender otras perspectivas en relación al tema”, dice.   La historia de Railda Alves es un testimonio de resiliencia y dedicación de una madre que transformó la adversidad en una fuerza para cambiar la realidad de las familias afectadas por la prisión en Brasil. Desde CWS nos enorgullece acompañar a organizaciones como AMPARAR, lideradas por mujeres que nos enseñan, inspiran y lideran acciones para generar cambios positivos en la sociedad. Relacionadas: Niñez, familia y cárcel Libertad, un camino de resiliencia y aprendizajes para Claudia 9 de marzo, 2024Leer ahora El sueño de un maestro que está cambiando vidas 1 de agosto, 2023Leer ahora Familiares de personas privadas de libertad, por primera vez ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) 14 de julio, 2023Leer ahora

“Formo parte del brazo que alimenta al mundo”

“Formo parte del brazo que alimenta al mundo” | Autor: CWS | Cuando el sol aún no termina de salir, Orfelina ya está lista para comenzar su jornada. Después de desayunar con su hija y su esposo, y dejar el almuerzo preparado, ella ocupará el resto de su tiempo visitando veredas, compartiendo con familias y enseñando alguna nueva técnica para aprovechar los frutos de la tierra.   Orfelina Portillo es técnico agrícola de la Comisión de Acción Social Menonita CASM, socio de CWS en Honduras. Ella se ha dedicado a trabajar con las comunidades de la región de Santa Bárbara durante los últimos 16 años; su trabajo, dice, es una de las mejores cosas que le ha pasado en la vida: “Ya hago parte del inventario”, bromea, y luego afirma: “Aquí soy muy feliz”.  Este año, con ayuda de Growing Hope Globally y CWS, CASM comenzó a implementar un nuevo proyecto denominado Produce Verde, dirigido a 750 familias de 16 comunidades en tres municipios, a través del cual se espera incentivar la producción agrícola bajo un enfoque sostenible, aumentar la protección de áreas forestales, ampliar el acceso a alimentos saludables y generar ingresos por la venta de las cosechas.   Dentro de las actividades que Orfelina desarrolla con el equipo de CASM, está enseñarles a los agricultores nuevas técnicas de producción, saneamiento básico, lombricultura, elaboración de los abonos orgánicos, ecofogones, biodigestores y la cría de especies mayores y menores con una metodología de “pase de cadena”, que consiste en donar un animal a otra familia cuando sus animales se reproducen, para contribuir a la economía de la comunidad.   Además del conocimiento, Orfelina tiene el don de servir. Cuando llega a alguna vereda, ayuda cargando sacos de comida, entregando insumos y revisando las cosechas y los animales; conversa con las amas de casa, recuerda el nombre de los vecinos, y ellos el suyo. “Esto es lo que me apasiona, enseñar; mi profesión es una parte muy importante de mi día a día. Mi trabajo es mi alegría y lo cuido como si fuera un bebé. Yo formo parte del brazo fuerte que alimenta el mundo”.   Una alianza de más de una década CASM y CWS son socios desde el 2008, tiempo en el cual han implementado proyectos de seguridad alimentaria en el que han participado aproximadamente 3.100 familias rurales.  Conoce más de los programas de Seguridad Alimentaria que acompañamos en Centroamérica. Relacionadas: Centroamérica y México Nutriendo el futuro: Comunidades que aprenden de la tierra 27 de julio, 2023Leer ahora De aprendiz a líder de proyectos en su comunidad 27 de julio, 2023Leer ahora Seguridad alimentaria y apoyo psicosocial en Guatemala 31 de enero, 2023Leer ahora

El sueño de un maestro que está cambiando vidas

El sueño de un maestro que está cambiando vidas | Autor: CWS | Cuando Rony Rolando Herrera era pequeño, se convirtió en un niño en riesgo después de que su padre lo abandonara. Su madre hizo todo lo que estaba a su alcance para criarlo sola junto con sus tres hermanos, una tarea que se hizo más difícil debido a las circunstancias de pobreza en las que vivía la familia. Afortunadamente, este niño ganó otro apoyo. A través de una ONG, Rony pudo inscribirse en un programa de protección infantil que redefinió el camino de su vida. Ahora, él se dedica a hacer lo mismo por sus alumnos.   Rony Rolando Herrera es profesor de ciencias y director de una escuela primaria en San José del Cacao, Honduras. San José del Cacao es una comunidad rural donde las dificultades económicas y la tradición conservadora, impiden que la educación sea una prioridad. “Las costumbres de estas comunidades son de civilizaciones pasadas y se enfocan en trabajar la tierra, no en desarrollarse psicológica o intelectualmente”, explicó Rony.   Las barreras a la educación son más perjudiciales para los miembros más vulnerables de la comunidad, incluidas las niñas. Cuando era profesor, para Rony no era extraño ver a sus alumnas, incluso a algunas que solo tenían 13 años, abandonar la escuela luego de entablar relaciones con hombres mayores que las manipulaban y/o abusaban de ellas. “Estas niñas están en la adolescencia y no conocen su derecho a continuar educándose. No saben que pueden cambiar la forma como funcionan sus comunidades, creen que el único propósito de las mujeres es reproducirse, lavar la ropa y cocinar”, dijo Rony.   A través de la Alianza para la Protección de la Niñez, de la cual CWS es miembro, Rony se dedica a proteger a sus estudiantes más vulnerables. Al unirse al programa PREVENIR*, los estudiantes de San José del Cacao tienen la oportunidad de recibir una educación más holística que busca reducir los riesgos que pueden experimentar fuera del aula. Rony explica que “el proceso educativo debe ser integral. Además de aprender cosas como ciencia o biología, los niños necesitan conocer sus derechos. Necesitan saber, por ejemplo, su derecho a un hogar, a una familia, a una educación y su derecho a permanecer en la escuela”.   El programa logra esto a través de lecciones sobre los derechos del niño, la higiene personal, la expresión artística, el desarrollo espiritual, la comprensión cultural y las habilidades básicas para la vida, como el uso del transporte público. Los niños también tienen acceso a apoyo psicosocial y recursos adicionales.   Rony se describe como un “soñador” y nos dijo que su esperanza es que sus estudiantes ya no experimenten abuso, que puedan ver caminos alternativos hacia la seguridad y la estabilidad y que nunca se sientan aislados o rechazados. Agregó que ya ve un cambio y que otros también lo han notado. “Es gratificante cuando la gente me dice que nuestros estudiantes están tan bien educados, porque no siempre fueron así. Ya puedes ver cómo han cambiado”.   Detrás de la motivación de Rony hay una comprensión compartida de lo que es ser un niño o niña con muchas necesidades pero recibiendo cuidados y la oportunidad de una vida segura y estable. “Yo soy producto de este tipo de ayuda”, dijo, reconociendo a todos aquellos que hacen posible programas como este.    Rony ahora lleva el amor que recibió tanto de su madre como de los trabajadores humanitarios que lo apoyaron, a los estudiantes a los que sirve todos los días. “Este tipo de apoyo cambia vidas”, afirmó. Agregó que incluso si de 140 estudiantes, solo uno se ve afectado, él sabe que este impacto se trasladará a las generaciones futuras, tal como pasó con él.   *El proyecto PREVENIR es implementado por varias organizaciones religiosas que son miembros de la Alianza para la Protección de la Niñez, en México, Honduras, Guatemala y El Salvador. La Alianza tiene socios implementadores en cada uno de estos países. En Honduras, uno de estos ellos es SPASS (Servicios Sociales Pasionistas).    Conoce más sobre el trabajo que CWS realiza en América Latina haciendo clic aquí. Relacionadas: Niñez, familia y cárcel Familiares de personas privadas de libertad, por primera vez ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) 14 de julio, 2023Leer ahora Inicia la fase II del proyecto PREVENIR 14 de junio, 2023Leer ahora Abrazos, una serie que narra experiencias de infancias con familiares privados de libertad 11 de noviembre, 2022Leer ahora

De aprendiz a líder de proyectos en su comunidad

De aprendiz a líder de proyectos en su comunidad | Autor: CWS | Durante la pandemia, los valores y el estilo de vida de Pedro fueron puestos a prueba. La inflación en Honduras y el cierre de tiendas en su comunidad, dificultaron que él y su familia tuvieran acceso a los alimentos y suministros necesarios para mantener sus cosechas. Eventualmente, la esposa de Pedro sugirió que ella podría migrar a los Estados Unidos para buscar empleo.    “Para mí, fue como una puñalada en el corazón porque nunca he querido que nuestra familia esté separada”, dijo Pedro. A pesar de los desafíos que enfrentaban, Pedro y su esposa se aferraron a su fe y decidieron permanecer juntos.   Después de esta decisión, su familia recibió la bendición que tanto esperaba. Nuestro socio en este país, la Comisión de Acción Social Menonita, CASM, los invitó a participar en el programa de seguridad alimentaria. Pedro recibió gallinas, un cerdo, varias ovejas y una vaca; también participó de una capacitación sobre cómo cuidar de los animales y cultivar un huerto. CASM ayudó a Pedro a transformar su hogar para.    Hoy, Pedro es un experto en el cuidado de animales, fertilización y vegetación. Su hogar ahora alimenta a su familia y es un lugar de capacitación para toda la comunidad.   Al igual que muchos grandes líderes, Pedro es humilde y nunca ha buscado estar en el centro de atención. Vive una vida tranquila en el campo de Honduras, donde pasa la mayor parte de los días trabajando en sus cultivos y plantaciones de café. Es un hombre de fuertes valores y es líder en la Iglesia Católica, donde encuentra alegría en enseñar a las familias sobre el regalo que son el uno para el otro.   Este hombre se ha convertido en mentor y líder en su comunidad y ha transmitido sus conocimientos a sus vecinos. Él dice: “Honestamente, nunca quise ser un modelo a seguir, pero simplemente sucedió. Cada vez que hago algo, le pido a Dios que me guíe e invito a otros a ver lo que estoy haciendo para que puedan aplicarlo a sus propias vidas”. Agregó que aunque a veces le resulta incómodo que lo llamen modelo a seguir, también es motivador. “Me hace querer ser mejor cada día. ¿Por qué? Porque si soy su modelo a seguir, debo ser mejor cada día para que puedan beneficiarse al máximo de estas prácticas”.   Pedro atribuye todo su éxito a Dios. Atribuye la primera llamada telefónica sobre el programa como una intervención divina. “Ni siquiera vi quién estaba llamando. Dije: es Dios quien llama y contesté. Desde entonces, hemos estado viendo la luz, como decimos, a través de estos programas”, nos dijo Pedro. Agregó que desde que se unieron al programa, su familia ha tenido un buen ingreso que les permitirá mantener una vida feliz juntos en su país.   Conoce más del programa de seguridad alimentaria aquí. Relacionadas: Centroamérica y México Nutriendo el futuro: Comunidades que aprenden de la tierra 27 de julio, 2023Leer ahora Seguridad alimentaria y apoyo psicosocial en Guatemala 31 de enero, 2023Leer ahora Aliados de CWS alertan sobre el deterioro del Estado de Derecho en Guatemala 18 de octubre, 2022Leer ahora

Seguridad alimentaria y apoyo psicosocial en Guatemala

Seguridad alimentaria y apoyo psicosocial en Guatemala | Autor: CWS | Para el agricultor, activista de derechos humanos e intérprete Neri Brito, la mejor forma de describir su región ixil en Guatemala, es “Bendecida. Es rica en vegetación, diversa y fértil”.    Neri es promotor de un programa de seguridad alimentaria y nutrición apoyado por CWS, que se enfoca en trabajar con las poblaciones indígenas.   Él afirma que el proyecto ha contribuido a disminuir la desnutrición en niñas, niños y familias, además de recuperar los conocimientos ancestrales, incentivar el uso de abonos orgánicos, el cultivo sostenible y la preparación de recetas tradicionales. “Me gusta trabajar con la Madre Tierra. Mi pasatiempo es mirar las montañas, ver lo maravilloso que es nuestro mundo”, comentó.   Junto con su equipo, Neri visita periódicamente a las familias del programa para saber cómo les va y llevar suministros. Él dijo: “Siento que además de traer suministros, ofrecemos apoyo psicosocial. La gente se siente escuchada, aprende a tener una alimentación equilibrada y es feliz”.   A través del programa, las familias participantes reciben animales como cerdos, gallinas y ovejas. Cuando estos se reproducen, los distribuyen a otras familias para que también participen en la cría y venta. En nuestra entrega más reciente, repartimos 50 cerditos a dos comunidades.   Este nuevo año, continuaremos trabajando con estas familias brindando capacitación y aumentando el acceso a semillas para cultivar vegetales nutritivos y comercializables.   Estas son las actividades que implementa la Conferencia de Iglesias Evangélicas en Guatemala (CIEDEG) en varios municipios de los departamentos de Quiché y Quetzaltenango, con el apoyo de CWS, Growing Hope Globally y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (LDS, por sus siglas en inglés). Relacionadas: Centroamérica y México Aliados de CWS alertan sobre el deterioro del Estado de Derecho en Guatemala 18 de octubre, 2022Leer ahora Trabajan en equipo para cuidar de los cultivos 13 de septiembre, 2022Leer ahora Semillas de Esperanza para 917 familias en Guatemala 20 de julio, 2022Leer ahora

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