Visitando el Darién: Una mirada más allá de la frontera

Visitando el Darién: Una mirada más allá de la frontera

17 de diciembre, 2024 | Autor: Abbey Combs | Personas migrantes y refugiadas

Advertencia de contenido: Este artículo menciona casos de violencia sexual y basada en género.

Entrada a Lajas Blancas. Foto: Abbey Combs.

Mientras nuestro autobús entraba en la jungla, a siete horas de la Ciudad de Panamá, vi por la ventana un arco que nos daba la bienvenida al Darién. Era el 12 de noviembre, apenas unos días después de conocerse los resultados de las elecciones en Estados Unidos. Estaba viajando con líderes de fe de América Latina y Estados Unidos, miembros de Como Nacido Entre Nosotros (CNEN), una red regional de personas, iglesias y organizaciones basadas en la fe comprometidas con la sensibilización e incidencia a favor de las personas en movilidad. 

 

Antes de llegar a la frontera entre Estados Unidos y México, muchas personas en movilidad atraviesan la peligrosa selva del Tapón del Darién, una región que constituye el único puente terrestre entre Suramérica y Centroamérica. El recorrido, de aproximadamente 70 millas entre Colombia y Panamá, puede tomar desde tres días hasta más de una semana. A pesar de ser una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo, el Darién se convirtió en un tramo habitual del viaje hacia Estados Unidos, con un récord de 520,000 migrantes cruzando la región en 2023.

 

Mapa del Darién. Fuente: Displacement Tracking Matrix (DTM) de OIM.

Llegamos a Lajas Blancas, una estación temporal de recepción migratoria (ETRM) establecida por el gobierno panameño. Allí, unas 400 personas habían llegado en canoa esa misma mañana. Algunas caminaban cojeando, pues habían sufrido lesiones en la selva. El terreno del Darién está lleno de peligros: ríos que crecen rápidamente, mosquitos portadores de enfermedades y la falta de agua potable, por nombrar algunos.  

 

Una familia caminando en Lajas Blancas. Foto: Mónica Arango.

Los riesgos en el Tapón del Darién
En el territorio panameño, el riesgo de robos, violencia y agresiones sexuales es alarmantemente alto. En febrero de 2024, Médicos Sin Fronteras reportó que, en solo una semana, trató a 113 personas, incluidos nueve niños, que habían sido agredidas sexualmente por grupos armados. Miembros de CNEN en Necoclí, Colombia, me explicaron que estos niveles de violencia no son comunes en la parte colombiana del Darién, donde el crimen organizado está involucrado en el tráfico de migrantes en el territorio y mantiene niveles más bajos de violencia para evitar la atención de las autoridades.

 

En el campamento, noté una mezcla de emociones en los rostros de quienes llegaban: agotamiento por el viaje, alivio por haberlo superado y miedo por lo que aún estaba por venir. La única forma de salir de Lajas Blancas era pagar 60 dólares por persona por un autobús chárter hacia Costa Rica, coordinado por el gobierno panameño. Vi familias con bebés que llevaban más de una semana intentando salir, pero sin los recursos para hacerlo. Quienes intentan salir de Panamá por otros medios enfrentan una multa de hasta 1,000 impuesta.

 

Los impactos de las intervenciones de Estados Unidos
Desde su inicio de mandato (1 de julio), el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, dejó clara su intención de detener la migración a través del Darién, y firmó un acuerdo con el gobierno de EE.UU., por un financiamiento de seis millones de dólares para vuelos de deportación. Con el argumento de atender necesidades humanitarias, Panamá anunció el cierre de varias rutas a través del Darién y ubicó oficiales de inmigración en un único trayecto, denominado el “corredor humanitario seguro”. 

 

Personas esperando para viajar en bus hacia Costa Rica. Foto: Mónica Arango.

Este acuerdo es uno de los innumerables esfuerzos del gobierno estadounidense para detener el movimiento de migrantes antes de que lleguen a su frontera. En América Latina, vemos repetidamente la presión política y los incentivos financieros que EE.UU. ofrece a los países de la región para restringir el acceso a visas, cerrar rutas migratorias e incrementar la vigilancia migratoria. Sin embargo, la historia nos enseña que la disuasión no solo es ineficaz, sino que también aumenta los riesgos de protección de las personas en movilidad.

 

Como observa la periodista Caitlin Dickerson en en The Atlantic: “Estas muertes [en el Darién] son el resultado no sólo de las condiciones extremas, sino también de la lógica errónea adoptada por Estados Unidos y otras naciones ricas: que dificultando la migración podemos limitar el número de personas que la intentan… Cuanto más difícil es la migración, más se beneficiarán los cárteles y otros grupos peligrosos, y más migrantes morirán”.  

 

Una familia caminando en Lajas Blancas. Foto: Mónica Arango.

Después de pasar el día en Lajas Blancas, me sentí más convencida que nunca de que tenemos la responsabilidad de informarnos sobre lo que está ocurriendo en el Darién y de entender la migración desde una perspectiva regional. Mientras Estados Unidos se prepara para un gobierno conocido por sus políticas antiinmigrantes, debemos mirar más allá de las fronteras estadounidenses y preguntarnos cómo estas políticas afectarán a las personas en movilidad. 

 

Abbey Combs es la Oficial del Programa de Respuestas a Personas Migrantes y Refugiadas en CWS América Latina y el Caribe.

 

CWS está comprometido con enfoques regionales en nuestra respuesta a la migración en América Latina y el Caribe. Para conocer más sobre nuestro trabajo, visita aquí. Para aprender más sobre el Darién, puede leer nuestro blog de 2023 o visitar aquí. 

“Ser agricultor es un acto de paciencia y fe”

“Ser agricultor es un acto de paciencia y fe”

2 de diciembre, 2024 | Autor: CWS | Historias de cambio

Tener fe y paciencia, el mensaje de Óscar. Foto: CASM.

Para Óscar Caballero Benítez, “ser agricultor es un acto de paciencia y fe”, y esto reafirma su creencia en Dios. “El más creyente es el agricultor: Sembramos esperando que la naturaleza nos dé frutos. A veces, pasa hasta un año. Así como la tierra, nuestra vida necesita tiempo y cuidado para dar cosecha”.

 

Él vive con su esposa y cuatro de sus seis hijos en Valle Verde, una comunidad de 110 familias ubicada en el occidente de Honduras. Rodeados de montañas y un clima templado, el lugar es ideal para los agricultores de la zona, quienes tienen un gran potencial productivo capaz de abastecer mercados cercanos como el de Copán y San Pedro Sula. 

 

El día comienza temprano en la casa de Óscar. A las 6:00 a.m., alimentan a las gallinas y revisan las parcelas. “Lo que más nos gusta es cosechar en familia”, comenta Óscar. Su hijo menor, de 10 años, se emociona cada vez que recoge los huevos del gallinero.

 

Con nuevas técnicas de siembra, Óscar aprendió a optimizar sus cultivos. Foto: CASM.

Para Óscar, su parcela es un símbolo de resiliencia y colaboración comunitaria. Hace algunos años, las fuertes lluvias y las plagas habían mermado las cosechas. Él cultivaba maíz, como sus padres le habían enseñado, pero las técnicas tradicionales ya no eran suficientes. Fue entonces cuando la Comisión de Acción Social Menonita llegó a la zona con el proyecto ‘Produce Verde’* y les ofreció capacitaciones técnicas e insumos a los agricultores.

 

Óscar recibió apoyo para construir 2 gallineros. Foto: CASM.

Gracias a las nuevas técnicas de siembra que le enseñaron, Óscar aprendió a optimizar sus cultivos. Ahora sabe que el distanciamiento entre las plantas puede influir en la calidad del maíz, dependiendo de si busca cosechar grano o elote. También recibió apoyo para construir los gallineros en los que tiene 20 gallinas, productoras de 10 a 12 huevos diarios. Este recurso mejora la dieta familiar y genera ingresos adicionales.

 

Además, CASM ayudó a modernizar el sistema de agua comunitario. Con la instalación de tuberías nuevas y un sistema de riego en desarrollo, Valle Verde está mejor preparada para enfrentar los desafíos climáticos. Óscar también participó en talleres de sostenibilidad y aprendió a fabricar fertilizantes e insecticidas orgánicos para proteger sus cultivos.

 

Con estas herramientas y el acompañamiento técnico, Óscar diversificó su producción. Hoy no solo trabaja con maíz, sino también con plátano, chile, yuca, papaya y piña.

 

A Óscar y su familia les gusta compartir mientras realizan las actividades del hogar. Foto: CASM.

Las lluvias intensas siguen siendo un desafío, pero gracias a la reubicación estratégica de parcelas y al sistema de drenaje comunitario, los agricultores han logrado mitigar los daños. “Antes, una lluvia menor nos afectaba mucho. Ahora, nuestras preparaciones hacen que las cosechas sean más seguras”, explica.

 

El sueño de Óscar y su familia es abrir una panadería para combinar dos pasiones: cultivar y preparar comidas. Con un horno casero, él y su esposa ya empezaron a hornear pan y venderlo por encargo. Su visión es expandir el negocio e incluir tamales, ‘montucas’ y tamalitos (preparaciones tradicionales a base de maíz). 

 

“Creemos en Dios y confiamos en que él nos dará lo necesario. También agradecemos por este proyecto que nos ha permitido avanzar”.

 

*Nuestro socio local, la Comision de Accion Social Menonita (CASM) implementa el proyecto Produce Verde, con el apoyo de CWS y Growing Hope Globally.

Inteligencia Climática en la Sierra del Merendón, Honduras

Inteligencia Climática en la Sierra del Merendón, Honduras

2 de octubre, 2024 | Autor: CWS| Centroamérica

Foto: CWS.

Church World Service fue fundada en 1946 «para hacer en colaboración lo que ninguno de nosotros podría lograr por sí solo». Hoy, ese espíritu sigue presente en nuestro enfoque, y es fundamental en nuestra participación en el proyecto de cinco años que se lanzó recientemente: Inteligencia Climática en la Sierra del Merendón, Honduras, financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

El propósito es atender las necesidades de la población más vulnerable a desastres climáticos en Honduras. La Sierra del Merendón, ubicada en la costa norte, cerca de la frontera con Guatemala, es una región montañosa que se eleva desde el nivel del mar hasta los 2,438 metros en solo 8 kilómetros.
Alberga a casi 300.000 personas distribuidas en 238 comunidades. Los modelos climáticos muestran un aumento en las temperaturas diarias promedio y una disminución de la precipitación anual, lo que afectará a más a quienes dependen de la agricultura de subsistencia.

 

Foto: CWS.

La Comisión de Acción Social Menonita (CASM), socio de CWS desde hace muchos años, será el encargado de implementar el proyecto a través de un enfoque integral que incluye capacitación agrícola, fortalecimiento de sistemas de mercado, creación de estaciones meteorológicas y sistemas de alerta temprana, reducción del riesgo de desastres, movilización comunitaria y coordinación con instituciones nacionales y regionales para implementar políticas de gestión de riesgos climáticos. Más de 57.000 personas participarán activamente en el proyecto, y más de 3.600 familias se beneficiarán de prácticas agrícolas climáticamente inteligentes.

María Cristina Reyes, presidenta de la Asociación de Patronato en el sector Las Delicias, reflexionó sobre las dificultades que han enfrentado en el pasado para prosperar con las cosechas de la tierra:
“Teníamos muchos alimentos y no sabíamos qué hacer con ellos. Tocamos muchas puertas y nadie nos ayudó. Fue indignante porque formamos parte de la sociedad.” También reafirmó su compromiso de cooperar con CASM: “Para nosotros, es un sueño hecho realidad que lleguen a nuestras comunidades para mejorar la calidad de vida de nuestras familias, del medio ambiente y de nuestras tierras.” 
 

Foto: CWS.

Este proyecto, con una inversión de 7.2 millones de dólares, es un ejemplo clave de estrategias de adaptación al cambio climático y refleja el compromiso de largo plazo de CWS con las alianzas locales. Además, es la primera vez que los cinco gobiernos locales de la Sierra del Merendón se unen para ejecutar acciones de mitigación frente a la crisis ambiental.

CWS ha trabajado en Honduras desde finales de los años 70 y con CASM desde 2007. Programas anteriores incluyen el de seguridad alimentaria, que sirvió como modelo para esta propuesta, y un programa de recuperación ante desastres, en respuesta a los huracanes Eta e Iota en 2020.

«Trabajamos con CWS debido a nuestro enfoque compartido en atender las necesidades urgentes de las familias más vulnerables y por nuestros valores comunes de respeto, solidaridad, equidad, justicia y servicio»
, comentó Nelson García Lobo, director ejecutivo de CASM.

CWS seguirá liderando actividades clave como la inclusión de poblaciones vulnerables y la documentación de estrategias de adaptación al cambio climático. Otro aliado en el proyecto fue la Cámara de Comercio e Industrias de Choloma.

Los programas de capacitación a largo plazo, centrados en prácticas ambientales inteligentes, son una de nuestras principales estrategias para combatir las causas de la pobreza y el hambre en la región.

Tres países se comprometen para la Gestión del Agua en el Chaco

Tres países se comprometen para la Gestión del Agua en el Chaco

10 de septiembre, 2024 | Autor: CWS | Gran Chaco Sudamericano

Foto: Plataforma Semiáridos.

En la región del Gran Chaco se están tomando acciones colaborativas frente a la escasez de agua, la deforestación y las prácticas agrícolas insostenibles. Estas acciones incluyen las “Mesas de Agua”, un espacio diseñado para mejorar la gestión del recurso hídrico e involucrar a comunidades, organizaciones de la sociedad civil y expertos técnicos en la toma de decisiones.

 

El pasado 5 de septiembre, en Boquerón, Paraguay, se realizó el Segundo Encuentro Trinacional de Mesas de Gestión del Agua, con la participación de 35 representantes de Mesas de Agua de Argentina, Bolivia y Paraguay. 

 

Tras un día de plenarias, visitas a iniciativas locales y actividades conjuntas, se establecieron los siguientes compromisos:

 

Paraguay acordó establecer una línea de base para la gestión del agua en el distrito, involucrar a más municipios del Chaco en la Mesa de Gestión del Agua y desarrollar un Plan Estratégico de Gestión del Agua a nivel distrital.

 

Foto: Plataforma Semiáridos.

Argentina se comprometió a certificar a los constructores de cisternas, reglamentar la Ley de Agua 8168/19 de Salta y fortalecer la Mesa de Agua en Jujuy. También desarrollarán una aplicación para sistematizar los datos de acceso al agua.

 

Bolivia trabajará en políticas públicas para la recolección de agua de lluvia, buscará financiamiento y promoverá la inclusión de sistemas de recolección de agua en la infraestructura pública. Además, planean desarrollar proyectos de agua segura para las comunidades indígenas.

 

La organización del encuentro estuvo a cargo de la Plataforma Semiáridos y la Fundación Hugo, con el apoyo de la Municipalidad de Boquerón, International Land Coalition (ILC) y CWS. 

 

Estas iniciativas basadas en los territorios son pasos cruciales hacia la realización participativa del derecho universal al agua.

Conoce más sobre estos procesos en las redes sociales de Plataforma Semiáridos y CWS.

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Video: Voces de mujeres indígenas

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27 de agosto, 2024 | Autor: CWS | Gran Chaco Sudamericano, Historias de cambio

En Paraguay, un grupo de mujeres está haciendo oír su voz. Ellas se capacitaron sobre derechos humanos y perdieron el miedo a participar en las reuniones donde se toman decisiones sobre sus comunidades. Estas actividades de empoderamiento hacen parte del proyecto “Desarrollo Rural en Nueve Comunidades Indígenas del Bajo Chaco Paraguayo”, implementado por la Pastoral Social Diocesana de Benjamín Aceval y financiado por Growing Hope Globally 

Genara Martínez. Aldea 26 de Junio, Espinillo, Paraguay.

Jorgelina Flores. Comunidad Yakye Axa, Paraguay.

Marisa Galeano. Comunidad Yakye Axa, Paraguay.

Sonia Recalde. Lideresa Espinillo Centro, Paraguay.

Teresa Benítez. Agricultora. Aldea 9 de Agosto, Paraguay.

Raquel Seleckel. Abogada. Técnico de la Pastoral Social Diocesana de Benjamín Aceval, Paraguay.

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“Animo a todos los jóvenes a aprender una profesión”

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30 de julio, 2024 | Autor: CWS | Haití, Historias de cambio

Taller de reparación de teléfonos celulares. Foto: OPFSLDIBH.

Usar un celular se ha vuelto casi esencial para las personas en los últimos años. Este dispositivo ha evolucionado de una simple herramienta de comunicación a un valioso recurso de trabajo y estudio. En Baie-de-Henne, ubicado en el noroeste de Haití, un grupo de jóvenes aprovechó la oportunidad para mejorar sus ingresos y calidad de vida reparando equipos en su comunidad.

 

Recientemente, 23 jóvenes participaron en una capacitación en reparación de celulares centrada en técnicas de decodificación, redes móviles, actualizaciones de firmware, desbloqueo de tarjetas SIM y reparaciones de software y hardware. Esta actividad fue parte del proyecto «Construyendo Resiliencia”, implementado por nuestro socio local Organisation des Planteurs de Fond Saint-Luc pour le Développement Intégré de Baie-de-Henne (OPFSLDIBH).

 
Salem Oreus, 38 años. Foto: OPFSLDIBH.

Salem Oreus fue uno de los participantes. Él tiene 38 años, completó un año de secundaria, está casado y tiene dos hijas. “He estado reparando teléfonos desde 2008. Mis habilidades se basaban en la experiencia, la prueba y el error, pero sin mucho conocimiento. También reparo radios y televisores. Los ingresos de la reparación de teléfonos me ayudan a mantener a mi familia y formar parte en grupos de ahorro”, dijo.

 

Gracias a la capacitación, Salem aprendió a hacer reparaciones más complejas de dispositivos, como desbloquear tarjetas SIM, actualizar firmware y crear cuentas de correo electrónico. Él compartió: “Ahora comprendo mejor sobre las redes y la tecnología, y puedo hacer mejor uso de nuevos materiales en las reparaciones y la decodificación”.

 
Obender Palmy, 21 años. Foto: OPFSLDIBH.

Otro participante fue Obender Palmy, un joven de 21 años que completó la escuela secundaria y vive con sus padres. Aunque siempre le interesó mucho la tecnología, no podía pagar educación superior o cursos especializados. “Me interesaba decodificar celulares, pero no podía encontrar oportunidades de aprendizaje asequibles. Gracias al club AEB y OPFSLDIBH, fui seleccionado para adquirir conocimientos en esta área. Ahora, estoy orgulloso de reparar celulares”, comentó.

 

Con sus nuevas habilidades, Obender abrió una cuenta de ahorros y comenzó un pequeño negocio vendiendo baterías, cables y otros suministros para dispositivos, además de ofrecer servicios de transferencia de dinero por celular. “Mi trabajo y los servicios que ofrezco en la comunidad aumentan mis ingresos, me ayudan a lograr autonomía financiera”, explicó Obender, y añadió que “debido a la inversión limitada en materiales, no puedo ofrecer más servicios, lo que me arriesga a perder clientes debido a las herramientas que me faltan”.

 

Reconociendo el potencial de Obender, el personal de OPFSLDIBH lo visitó a él y a otros dos participantes seleccionados para ofrecer préstamos para la compra de herramientas y materiales adicionales necesarios para expandir sus negocios.

 

En el futuro, Obender y Salem aspiran a avanzar en su aprendizaje en reparación de computadoras. Ellos creen en la educación y capacitación vocacional de los jóvenes. Salem está comprometido a ayudar a otros jóvenes en la comunidad para que desarrollen sus habilidades y autonomía financiera. “Animo a todos los jóvenes a aprender una profesión” dijo. 

 

De manera similar, Obender está dedicado a compartir sus experiencias de capacitación para inspirar a más jóvenes a educarse y explotar sus habilidades. “Estoy agradecido con los equipos de OPFSLDIBH y CWS por esta capacitación, que me ayudará a ofrecer más servicios en la comunidad y aumentar mis ingresos”, expresó.

 

El proyecto Construyendo Resiliencia cuenta con el apoyo financiero de Growing Hope Globally.

“Las mujeres de esta comunidad parecen haber despertado de un largo sueño”

"Las mujeres de esta comunidad parecen haber despertado de un largo sueño"

24 de julio, 2024 | Autor: CWS | Gran Chaco Sudamericano, Historias de cambio

Capacitaciones sobre leyes y derechos humanos. Foto: Carlos Cáceres.

En la aldea de Sawhoyamaxa del pueblo Enxet (Paraguay), Mariana Ayala es madre, abuela y líder de las mujeres. Ella participó en todas las capacitaciones implementadas por nuestro socio local, Pastoral Social Diocesana Benjamín Aceval (PSDBA) y hoy desempeña un papel clave motivando a otras mujeres para que conozcan sus derechos.

 

Recientemente, Mariana y otras líderes reconocidas fueron invitadas a compartir sus historias y lecciones con mujeres de comunidades vecinas donde las capacitaciones sobre empoderamiento estaban por comenzar. Se trata de una de las actividades del proyecto “Desarrollo Rural en Nueve Comunidades Indígenas del Bajo Chaco Paraguayo”, y su objetivo es fortalecer los lazos entre las mujeres dentro de la aldea, mejorar el liderazgo femenino y promover un intercambio de conocimientos y empoderamiento mutuo.

 

Mariana comentó: «Estoy feliz de compartir mi testimonio con las mujeres que viven en estas comunidades. Quiero animarlas a luchar por nuestros derechos, porque tenemos la Ley 904/81 que establece el estatuto de las comunidades indígenas paraguayas de nuestro lado, y debemos usarla como nuestra herramienta».

 

Mariana Ayala es referente de liderazgo en su comunidad. Foto: Carlos Cáceres.

Esta mujer fue testigo de la histórica lucha de las mujeres por la tierra: «Logramos recuperar nuestras tierras ancestrales gracias a la valentía de las mujeres. Seguramente, conocen o han oído hablar de mi comunidad Sawhoyamaxa»*. 

 

Con sincera emotividad, ella contó sobre la razón de su sacrificio para estar presente ese día compartiendo sus aprendizajes: «Ahora soy una mujer mayor. Me alegró mucho recibir, la semana pasada, la invitación para venir aquí. Acepté de inmediato. Anoche apenas dormí hasta las 2:00 a.m., cuidando a una persona enferma. Pocas personas tienen la paciencia para cuidar a los enfermos, pero debemos ser pacientes con los demás. Casi no vengo hoy, pero aquí estoy, feliz de verlas a todas. Esta es mi primera visita a Buena Vista, y vengo con el espíritu de alentarlas para que juntas avancemos en la defensa de nuestros derechos y en el desarrollo de nuestras comunidades».

 

La historia de Mariana es una de las muchas que nos inspiran. Mariza Galeano, madre, abuela y líder entre las mujeres de la aldea Yakye Axa, también participó en el proceso de capacitación que realizó la Pastoral Social. En su comunidad, en lugar de caminos tenían maleza, y ella lideró la limpieza y rehabilitación de la vía junto a su esposo y sus hijos. 

 

Mariza lideró la limpieza de los caminos de su aldea. Foto: Carlos Cáceres.

Mariza comentó: «Quiero compartir lo feliz que estoy con la Pastoral Social. Gracias a las capacitaciones y talleres, las mujeres de mi comunidad parecen haber despertado de un largo sueño. Ahora, conocemos nuestros derechos, queremos que se respeten y luchamos para asegurarnos de que se cumplan. Asistimos a las reuniones comunitarias, participamos, levantamos nuestra voz y pedimos cosas para la comunidad, porque las mujeres tenemos una perspectiva diferente a la de los hombres. Entendemos mejor las necesidades de la comunidad».

 

Mariana Ayala y Mariza Galeano representan las voces de las mujeres en sus aldeas y se han convertido en faros de esperanza y determinación para quienes luchan por un futuro más justo y equitativo.

 

* La comunidad indígena Sawhoyamaxa, del pueblo Enxet, pasó muchos años reclamando el derecho a sus tierras, de las que fue desalojada en la década de los 90. 

 

“Desarrollo rural en nueve comunidades indígenas del Bajo Chaco Paraguayo”, es un proyecto liderado por Church World Service y la Pastoral Social Diocesana Benjamín Aceval con el apoyo financiero de Growing Hope Globally.

“Tenía verguenza de hablar durante las capacitaciones. No conocía que tenía derechos. Hoy en día es como que me desperté”
Sonia Recalde
Lideresa Espinillo
“Esto que hace la Pastoral Social es lo más lindo que puede haber, porque vienen a educarnos sobre los derechos, a saber cómo podemos defendernos. Nos muestran cómo debemos vivir, entre niños, mujeres y varones, como parte de una sociedad”
Martin Cabellero
Líder Espinillo
“Yo tenía miedo de hablar, eso es porque nadie me educó, nadie me enseñó sobre las leyes, pero ahora uso mi conocimiento. Aunque no sé leer bien, tengo en mi mente lo que tengo que decir. Donde voy, hablo sobre mis derechos”
Estelvina Torrales
Lideresa Aldea 9 de Agosto

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Una mirada más cercana a la vida en Haití

Una mirada más cercana a la vida en Haití

16 de julio, 2024 | Autor: CWS | Haití

Una de las actividades que apoya CWS es el de construcción de cisternas. Foto: CWS.

En los últimos años, Haití ha sido frecuentemente descrito de maneras desafiantes y negativas. Estas palabras e imágenes, sin embargo, no capturan el panorama completo del lugar que, para millones de haitianos, es simplemente su «hogar».

 

Haití ha soportado un devastador terremoto, huracanes y problemas continuos relacionados con la pobreza, el crimen y la gobernanza. En Puerto Príncipe, donde se concentran las dificultades, varias embajadas han evacuado a parte de su personal y ciudadanos, el aeropuerto está cerrado y se han decretado toques de queda. Las farmacias y hospitales son vandalizados, lo que agrava la crisis. Son comunes los bloqueos de carreteras impuestos por las pandillas. La gente exige seguridad y una vida mejor.

 

Además de estos problemas, comprender la situación en Haití es complicado debido a la falta de datos confiables y actuales, pues el último censo se realizó hace 20 años. El país no ha tenido autoridades elegidas legítimamente durante mucho tiempo, y la comunidad internacional está intentando establecer un consejo presidencial de transición para organizar unas futuras elecciones.

 

Más allá de estos problemas, en el corazón de Haití hay personas que tienen el derecho de vivir en un entorno seguro y estable dentro de su país. Una de estas personas resilientes es Mercidieu Josaphat, coordinador de una organización socia de CWS en Jean Rebel Dos d’Ane, en el noroeste de Haití. En su hogar, Mercidieu vive con su esposa, tres hijos y dos primos. Como muchos de sus compatriotas haitianos, Mercidieu ve la dualidad de su país: un hogar que ama, pero un lugar con muchos desafíos.

 

Estos desafíos pueden comenzar a nivel más básico con la dificultad para acceder al transporte. «El transporte se ha vuelto cada vez más difícil debido a los problemas de seguridad, con la escasez de gasolina, lo que hace que sea aún más difícil cubrir las necesidades básicas.» En lugares como donde vive Mercidieu, los niños recorren entre tres y seis kilómetros para llegar a su escuela.

 

En algunas zonas rurales, los niños recorren entre 3 y 6 kilómetros para llegar a su escuela. Foto: CWS.

Por su parte, en las áreas rurales donde los programas de CWS apoyan a los agricultores para expandir sus medios de vida y capacidades agrícolas, la agricultura se está volviendo cada vez menos confiable debido a un entorno que cambia rápidamente. Mercidieu compartió que «el 90% de la comunidad depende de la agricultura, pero esto depende mucho de las lluvias. A veces, obtienen pequeñas ganancias, pero otras veces pierden todos los cultivos en los que invirtieron con valentía. En cuanto a la alimentación en las zonas rurales, es muy difícil debido a la inseguridad que prevalece, lo que hace que la vida sea muy costosa en las comunidades», dijo.

 

Aunque un individuo tenga suerte con su sustento, la estabilidad en Haití es difícil de alcanzar debido a los impactos a largo plazo de una historia brutal de colonialismo, interferencia extranjera y barreras políticas y económicas. «Con bandidos y ladrones causando caos frecuentemente, los comerciantes enfrentan amenazas constantes a sus medios de vida, lo que hace la vida increíblemente difícil para sus familias. Esta complejidad ha llevado a las comunidades a luchar por mantener su forma de vida», comentó Mercidieu, y agregó que aunque «Haití es un buen país», es por estas razones que muchos haitianos eligen irse o regresar a sus comunidades rurales.

 

Los participantes de los programas asisten a capacitaciones. Foto: CWS.

Para aquellos que permanecen en Haití, mantener una buena salud mental se ha convertido en un reto diario, especialmente a medida que los recursos se van agotando. Mercidieu señaló que muchos se sienten «desalentados», especialmente los jóvenes, quienes tienen pocas o ninguna oportunidad después de terminar la escuela, y los adultos mayores que no tienen a alguien para que cuiden de ellos. «En nuestra área, muchos ancianos vuelven a ser como niños porque no pueden cuidarse por sí mismos». Para abordar y promover la salud mental en Haití, CWS ofrece atención informada sobre el trauma para comunidades vulnerables. Uno de nuestros proyectos en curso se centra en apoyar tanto a niños y niñas como a adultos afectados por terremotos recientes y ofrece sesiones de terapia individual, sesiones grupales y actividades terapéuticas como el baile y el juego.

 

 

Para aquellos que eligen dejar Haití, los caminos se están volviendo mucho más restringidos y peligrosos. «Las formas legales para que alguien salga del país incluyen aplicar a través de canales oficiales. Sin embargo, debido al alto nivel de inseguridad, incluso obtener una visa en la embajada estadounidense, en Puerto Príncipe, puede ser desafiante», dijo Mercidieu. Añadió que un método alternativo común es partir en barcos, una ruta que lamentablemente puede terminar en tragedias mortales. Para los haitianos que llegan a los Estados Unidos en busca de asilo, las oficinas locales de CWS están listas para apoyar en cada paso del proceso de reasentamiento.

 

Construcción de casas tras las emergencias causadas por el terremoto. Fotos: CWS.

Durante los 70 años que CWS ha trabajado en Haití, seguimos apoyando tanto el derecho a quedarse como la libertad de migrar. Actualmente, operamos en dos de los diez departamentos de Haití: Grand’Anse y el Departamento del Noroeste. Allí tenemos operaciones continuas de respuesta a desastres y recuperación a largo plazo enfocadas en medios de vida, agroecología, resiliencia al cambio climático, vivienda, WASH (agua, saneamiento e higiene) y salud mental. Nuestro equipo en Haití está compuesto por doce miembros que trabajan como ingenieros, profesionales de la salud mental, especialistas en ganadería y gestores de programas. Juntos, estamos comprometidos en cuidar a nuestros vecinos haitianos ayudándoles a crear un hogar más seguro, ya sea en Haití o en otro lugar.

 

 

Para obtener más información sobre el trabajo que realiza CWS en América Latina y el Caribe, haz clic aquí.

Las manos de doña Santos cosechan el futuro de su familia

Las manos de doña Santos cosechan el futuro de su familia

17 de mayo, 2024 | Autor: CWS | Centroamérica, Historias de cambio
Foto: CASM.

En la comunidad de Cunta, una pequeña vereda de Macuelizo, Santa Bárbara (Honduras), doña Santos está inspirando un cambio. Ella atravesó una fase de muchos desafíos tras la pérdida de su esposo y uno de sus cinco hijos, pero con el apoyo de su familia, logró sobreponerse y pasó de ayudar en la venta de verduras de un terreno ajeno a tener su propio espacio de cultivo. Ahora, cuenta con un equipo de jóvenes de la comunidad que la apoyan en la distribución de las verduras que cosecha y ya está planeando abrir su propia tienda.

 

La suya es una de las 21 familias de la zona que están participando en el proyecto ‘Produce Verde’, implementado por nuestro socio local Comisión de Acción Social Menonita CASM, con el apoyo de Growing Hope Globally.  En total, son 750 familias en los municipios de Macuelizo, Nueva Frontera y Azacualpa. 

 
Foto: CWS.

Por aquí siempre hemos tenido problemas de agua. Yo antes no sabía usar la motobomba, todo era más difícil. Después, fuimos aprendiendo más cosas”, cuenta doña Santos. Y es que precisamente, uno de los componentes del proyecto es la Seguridad Alimentaria Nutricional y Agricultura Familiar, que se enfoca en la formación en salud y nutrición de las familias rurales para fortalecer sus capacidades y promover su desarrollo. 

 

Familias como las de doña Santos reciben acompañamiento técnico, participan en diversas actividades de producción, saneamiento ambiental y prácticas sostenibles. Los participantes también asisten a reuniones con el gobierno local y a actividades sobre los derechos de las mujeres, emprendimiento y autocuidado.

 

Participando en las formaciones, doña Santos aprendió a usar abonos orgánicos, aumentó la calidad de sus cultivos y aprendió a manejar sus ingresos. 

 
Foto: CWS.

Me siento muy bien porque ahora que estoy en este proyecto, he prosperado un poco.  Tampoco tengo que comprar comida para mi familia, todo viene de la tierra. A veces, compramos chile. Ya estuve con un grupo de mujeres aprendiendo a hacer encurtidos.” 

 

Después de muchos años con una rutina que comienza a las 4:30 de la mañana, el trabajo de doña Santos se ha vuelto desgastante para su salud, pues a veces le duele mucho una rodilla y no puede salir a vender en su carreta. Sin embargo, ella ya está pensando en una solución: “Pienso poner una tienda para vender mis cosas. Yo no guardo el dinero sino que lo voy invirtiendo otra vez en el negocio”, dijo.

 

Además de su proyecto con frutas y verduras, ella tiene un corral de gallinas y ya está preparando otro espacio para recibir la donación de un cerdo. 

 

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