Una mirada más cercana a la vida en Haití
En los últimos años, Haití ha sido frecuentemente descrito de maneras desafiantes y negativas. Estas palabras e imágenes, sin embargo, no capturan el panorama completo del lugar que, para millones de haitianos, es simplemente su “hogar”.
Haití ha soportado un devastador terremoto, huracanes y problemas continuos relacionados con la pobreza, el crimen y la gobernanza. En Puerto Príncipe, donde se concentran las dificultades, varias embajadas han evacuado a parte de su personal y ciudadanos, el aeropuerto está cerrado y se han decretado toques de queda. Las farmacias y hospitales son vandalizados, lo que agrava la crisis. Son comunes los bloqueos de carreteras impuestos por las pandillas. La gente exige seguridad y una vida mejor.
Además de estos problemas, comprender la situación en Haití es complicado debido a la falta de datos confiables y actuales, pues el último censo se realizó hace 20 años. El país no ha tenido autoridades elegidas legítimamente durante mucho tiempo, y la comunidad internacional está intentando establecer un consejo presidencial de transición para organizar unas futuras elecciones.
Más allá de estos problemas, en el corazón de Haití hay personas que tienen el derecho de vivir en un entorno seguro y estable dentro de su país. Una de estas personas resilientes es Mercidieu Josaphat, coordinador de una organización socia de CWS en Jean Rebel Dos d’Ane, en el noroeste de Haití. En su hogar, Mercidieu vive con su esposa, tres hijos y dos primos. Como muchos de sus compatriotas haitianos, Mercidieu ve la dualidad de su país: un hogar que ama, pero un lugar con muchos desafíos.
Estos desafíos pueden comenzar a nivel más básico con la dificultad para acceder al transporte. “El transporte se ha vuelto cada vez más difícil debido a los problemas de seguridad, con la escasez de gasolina, lo que hace que sea aún más difícil cubrir las necesidades básicas.” En lugares como donde vive Mercidieu, los niños recorren entre tres y seis kilómetros para llegar a su escuela.
Por su parte, en las áreas rurales donde los programas de CWS apoyan a los agricultores para expandir sus medios de vida y capacidades agrícolas, la agricultura se está volviendo cada vez menos confiable debido a un entorno que cambia rápidamente. Mercidieu compartió que “el 90% de la comunidad depende de la agricultura, pero esto depende mucho de las lluvias. A veces, obtienen pequeñas ganancias, pero otras veces pierden todos los cultivos en los que invirtieron con valentía. En cuanto a la alimentación en las zonas rurales, es muy difícil debido a la inseguridad que prevalece, lo que hace que la vida sea muy costosa en las comunidades”, dijo.
Aunque un individuo tenga suerte con su sustento, la estabilidad en Haití es difícil de alcanzar debido a los impactos a largo plazo de una historia brutal de colonialismo, interferencia extranjera y barreras políticas y económicas. “Con bandidos y ladrones causando caos frecuentemente, los comerciantes enfrentan amenazas constantes a sus medios de vida, lo que hace la vida increíblemente difícil para sus familias. Esta complejidad ha llevado a las comunidades a luchar por mantener su forma de vida”, comentó Mercidieu, y agregó que aunque “Haití es un buen país”, es por estas razones que muchos haitianos eligen irse o regresar a sus comunidades rurales.
Para aquellos que permanecen en Haití, mantener una buena salud mental se ha convertido en un reto diario, especialmente a medida que los recursos se van agotando. Mercidieu señaló que muchos se sienten “desalentados”, especialmente los jóvenes, quienes tienen pocas o ninguna oportunidad después de terminar la escuela, y los adultos mayores que no tienen a alguien para que cuiden de ellos. “En nuestra área, muchos ancianos vuelven a ser como niños porque no pueden cuidarse por sí mismos”. Para abordar y promover la salud mental en Haití, CWS ofrece atención informada sobre el trauma para comunidades vulnerables. Uno de nuestros proyectos en curso se centra en apoyar tanto a niños y niñas como a adultos afectados por terremotos recientes y ofrece sesiones de terapia individual, sesiones grupales y actividades terapéuticas como el baile y el juego.
Para aquellos que eligen dejar Haití, los caminos se están volviendo mucho más restringidos y peligrosos. “Las formas legales para que alguien salga del país incluyen aplicar a través de canales oficiales. Sin embargo, debido al alto nivel de inseguridad, incluso obtener una visa en la embajada estadounidense, en Puerto Príncipe, puede ser desafiante”, dijo Mercidieu. Añadió que un método alternativo común es partir en barcos, una ruta que lamentablemente puede terminar en tragedias mortales. Para los haitianos que llegan a los Estados Unidos en busca de asilo, las oficinas locales de CWS están listas para apoyar en cada paso del proceso de reasentamiento.
Durante los 70 años que CWS ha trabajado en Haití, seguimos apoyando tanto el derecho a quedarse como la libertad de migrar. Actualmente, operamos en dos de los diez departamentos de Haití: Grand’Anse y el Departamento del Noroeste. Allí tenemos operaciones continuas de respuesta a desastres y recuperación a largo plazo enfocadas en medios de vida, agroecología, resiliencia al cambio climático, vivienda, WASH (agua, saneamiento e higiene) y salud mental. Nuestro equipo en Haití está compuesto por doce miembros que trabajan como ingenieros, profesionales de la salud mental, especialistas en ganadería y gestores de programas. Juntos, estamos comprometidos en cuidar a nuestros vecinos haitianos ayudándoles a crear un hogar más seguro, ya sea en Haití o en otro lugar.
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