Las manos de doña Santos cosechan el futuro de su familia

Las manos de doña Santos cosechan el futuro de su familia | Autor: CWS | En la comunidad de Cunta, una pequeña vereda de Macuelizo, Santa Bárbara (Honduras), doña Santos está inspirando un cambio. Ella atravesó una fase de muchos desafíos tras la pérdida de su esposo y uno de sus cinco hijos, pero con el apoyo de su familia, logró sobreponerse y pasó de ayudar en la venta de verduras de un terreno ajeno a tener su propio espacio de cultivo. Ahora, cuenta con un equipo de jóvenes de la comunidad que la apoyan en la distribución de las verduras que cosecha y ya está planeando abrir su propia tienda.   La suya es una de las 21 familias de la zona que están participando en el proyecto ‘Produce Verde’, implementado por nuestro socio local Comisión de Acción Social Menonita CASM, con el apoyo de Growing Hope Globally.  En total, son 750 familias en los municipios de Macuelizo, Nueva Frontera y Azacualpa.    “Por aquí siempre hemos tenido problemas de agua. Yo antes no sabía usar la motobomba, todo era más difícil. Después, fuimos aprendiendo más cosas”, cuenta doña Santos. Y es que precisamente, uno de los componentes del proyecto es la Seguridad Alimentaria Nutricional y Agricultura Familiar, que se enfoca en la formación en salud y nutrición de las familias rurales para fortalecer sus capacidades y promover su desarrollo.    Familias como las de doña Santos reciben acompañamiento técnico, participan en diversas actividades de producción, saneamiento ambiental y prácticas sostenibles. Los participantes también asisten a reuniones con el gobierno local y a actividades sobre los derechos de las mujeres, emprendimiento y autocuidado.   Participando en las formaciones, doña Santos aprendió a usar abonos orgánicos, aumentó la calidad de sus cultivos y aprendió a manejar sus ingresos.    “Me siento muy bien porque ahora que estoy en este proyecto, he prosperado un poco.  Tampoco tengo que comprar comida para mi familia, todo viene de la tierra. A veces, compramos chile. Ya estuve con un grupo de mujeres aprendiendo a hacer encurtidos.”    Después de muchos años con una rutina que comienza a las 4:30 de la mañana, el trabajo de doña Santos se ha vuelto desgastante para su salud, pues a veces le duele mucho una rodilla y no puede salir a vender en su carreta. Sin embargo, ella ya está pensando en una solución: “Pienso poner una tienda para vender mis cosas. Yo no guardo el dinero sino que lo voy invirtiendo otra vez en el negocio”, dijo.   Además de su proyecto con frutas y verduras, ella tiene un corral de gallinas y ya está preparando otro espacio para recibir la donación de un cerdo.    Haz clic aquí para conocer más sobre los programas que acompañamos en Centroamérica. Relacionadas: Historias de cambio Video: Voces de mujeres indígenas 27 de agosto, 2024Leer ahora “Animo a todos los jóvenes a aprender una profesión” 30 de julio, 2024Leer ahora “Las mujeres de esta comunidad parecen haber despertado de un largo sueño” 24 de julio, 2024Leer ahora

Libertad, un camino de resiliencia y aprendizajes para Claudia

Libertad, un camino de resiliencia y aprendizajes para Claudia | Autor: CWS | Claudia Cardona hizo de su historia de vida una voz para muchas mujeres privadas de libertad o que acaban de recuperarla. Lideró, con sus compañeras, la creación de Mujeres Libres Colombia y ha ganado un lugar en debates, audiencias y encuentros nacionales y regionales sobre el tema. Cada día, ella se reconcilia más con un pasado que le dejó valiosos aprendizajes.   Cuando estuvo en prisión, en varias ocasiones fue elegida como representante de los Derechos Humanos, pero como desconocía tantas exigencias que podía hacer, normalmente pedía ayuda con alimentación y productos de higiene.   En el 2017, Claudia salió de la cárcel, entró a formar parte de la Comisión de Seguimiento al Estado de Cosas Inconstitucional de Colombia y conoció algo que la dejó impactada: las Reglas de Bangkok.   «Yo no podía creerlo», recuerda, y es que sólo después de nueve años y tres meses en prisión, supo de la existencia de un recurso que le hubiera ayudado mucho antes. Igual le pasó con el reglamento del instituto penitenciario de Colombia Inpec, documento que exigió muchas veces y que sólo conoció al salir de la cárcel.   Un impulso de justicia social la llevó a comparar ambos reglamentos y reportar todos los incumplimientos que no coincidían con la realidad. «Yo quería ver las caras de mis compañeras. Yo conocía sus historias y a cada una le di la regla que yo sabía que habían vulnerado con ellas», recuerda.   Esto quedó plasmado en el tercer informe de la Comisión de Seguimiento. Menos de un año después, y con la experiencia que venía cultivando, Claudia fundó, junto a otras compañeras, Mujeres Libres Colombia.  Esta organización busca eliminar el sufrimiento para todas las mujeres y sus familias, fomentando la abolición de la prisión y, mientras esto sucede, mitigando sus efectos negativos a través del apoyo y la solidaridad mutua.    «Aquí las mujeres encontraron un lugar para desahogarse, porque no podían hablar de esto (sus vivencias, denuncias, experiencias) en sus casas. Aquí era un espacio seguro para todas«, comenta Claudia, y describe que cuando las mujeres salen de prisión, se enfrentan al desafío de reconstruir una familia desconectada o enterarse de que sus hijos pasaron por maltratos; todo esto, mientras buscan trabajo, intentan integrarse a la sociedad y recuperarse psicológicamente.   En su caso, para Claudia lo más importante fue encontrarse con su hija. En una ocasión, la invitaron a dar una conferencia en Chile y decidió llevarla. Por inconvenientes en Migración, donde detuvieron a Claudia durante 12 horas, ella perdió el vuelo, pero animó a su hija a que siguiera el viaje con una compañera de trabajo, quien estaba autorizada como su acudiente.    Así fue: Ella no sólo representó a su mamá sino que compartió sus reflexiones y recuerdos, como el haber aprendido a cocinar a través de una llamada telefónica. «Ella vio la oportunidad de lo que yo estaba haciendo para vivir su proceso y aprender», asegura Claudia. En los años siguientes, su hija se involucró más en las actividades de Mujeres Libres Colombia.   Por otro lado, en el 2021 la organización entró a formar parte de la Red Internacional de Mujeres Familiares de Personas Privadas de la Libertad RIMUF, plataforma que abrió más caminos y posibilidades para conectar con otras mujeres en el continente.   El año pasado, el trabajo de la organización dio más frutos. Precisamente, el 8 de marzo, el presidente de Colombia Gustavo Petro, sancionó la Ley 2292 de 2023, que permite a mujeres cabeza de familia cumplir sus penas fuera de la prisión, prestando servicios sociales no remunerados.    Paralelo a esto, Mujeres Libres Colombia adelantó más acciones de incidencia y logró por la sanción de la Ley de Salud Menstrual en el 2022, ahora están abogando para que se reglamente. En el 2023, la organización logró dictar 15 talleres de salud sexual y reproductiva  y otros temas, en siete cárceles de Colombia, y capacitó a más de 500 mujeres.   Cuando mira para atrás, Claudia asegura que siente orgullo, no sólo por ella sino por las 11 integrantes que hoy conforman la organización, mujeres que antes no lograban hablar y en ocasiones, sólo lloraban. Hoy, son ellas quienes le recuerdan qué temas debe mencionar en las audiencias y ponencias en las que Claudia participa. “Con la visita a las cárceles, ellas también pudieron conocer otros lugares de su país. Muchas, ni siquiera habian salido de Bogotá o viajado en avión”.   Desde CWS nos enorgullece acompañar a organizaciones como Mujeres Libres Colombia e historias como la de Claudia, un ejemplo de liderazgo y determinación de una madre que transformó sus peores pesadillas en sueños por construir con su hija y un colectivo de mujeres que cada día se fortalece más.  Relacionadas: Niñez, familia y cárcel El derecho al cuidado de mujeres familiares de personas privadas de libertad 9 de abril, 2024Leer ahora Libertad, un camino de resiliencia y aprendizajes para Claudia 9 de marzo, 2024Leer ahora El sueño de un maestro que está cambiando vidas 1 de agosto, 2023Leer ahora

Railda Alves y su lucha por los derechos de las personas privadas de libertad

Railda Alves y su lucha por los derechos de las personas privadas de libertad | Autor: CWS | “Cuando una persona comete un delito, se paga una doble condena. La persona va a la cárcel y cumple la suya, pero la otra condena es la que pagan también sus hijos y familiares que quedan afuera sufriendo. Luego, cuando sale, sigue el estigma social. Y esa condena es perpetua”.   Railda Alves tiene 57 años, nació en el noreste de Brasil, en Bahía, pero se crió y vive en las afueras de São Paulo desde sus 5 años. Su historia está marcada por un hecho que cambió su vida para siempre, el día en que su hijo fue arrestado. “Ahí comenzó todo mi proceso, en ese momento no entendía nada”.   En una de las primeras visitas ella empezó anotar hematomas y signos de tortura en el cuerpo de su hijo y fue ahí cuando sintió que tenía que comenzar a luchar por hacer valer sus derechos. “Comencé a hablar con otras familias, a repartir papeles escritos a mano  en las filas  de la cárcel con mis datos, para que otras mujeres y familiares  entraran en contacto conmigo. Necesitábamos cambiar toda esa realidad y organizarnos”.   Como resultado, en el 2004, y bajo su liderazgo, nació AMPARAR. La organización tiene como objetivo acompañar y asistir jurídica y socialmente a los grupos de familiares de personas privadas de libertad. “Una de las primeras denuncias que hicimos fue en relación a las  revisiones que nos hacen al entrar a la cárcel ya que nos parecía humillante, quedarse ahí desnuda para que me revisaran y confirmaran que  no llevaba nada ilegal o prohibido”.   AMPARAR se reúne virtual y presencialmente de manera regular para escuchar a los familiares y acompañarlos durante estos procesos. “Son personas invisibles para el poder público y que no reciben ningún tipo de ayuda”, dice Railda, quien señala que en primer lugar para ella, la organización le ha brindado un acompañamiento fundamental , pues cuenta con apoyo psicológico y una red de contención  que la acompañan cuando se acerca la fecha de visitar a su hijo en la cárcel.   “Para mí también es difícil. A veces pienso que no tengo más fuerza, pero llega un nuevo caso, y comienzo a hacer el acompañamiento, y eso me ayuda incluso, a salir de mi propio problema. Mi vida es eso, estar pendiente del celular a toda hora para acompañar a las familias”.   Por otro lado, Railda comenta que también la alienta saber que “hay organizaciones en otros países que sostienen luchas similares”. En este sentido, destaca la participación y lo importante que ha sido para la organización el integrarse a la  Red Internacional de Mujeres Familiares de Personas Privadas de la Libertad (RIMUF), fundada en el 2021 gracias al apoyo de CWS. Hoy en día, RIMUF se ha transformado en una referencia a nivel regional en relación a temas relacionados con el género, la justicia y la cárcel.   “Cuando uno participa en estas redes, empieza a tener otra visión, porque entiende que no sólo en su país existen estos problemas y entiende que la cuestión del encarcelamiento es global. Es muy importante poder escuchar y entender otras perspectivas en relación al tema”, dice.   La historia de Railda Alves es un testimonio de resiliencia y dedicación de una madre que transformó la adversidad en una fuerza para cambiar la realidad de las familias afectadas por la prisión en Brasil. Desde CWS nos enorgullece acompañar a organizaciones como AMPARAR, lideradas por mujeres que nos enseñan, inspiran y lideran acciones para generar cambios positivos en la sociedad. Relacionadas: Niñez, familia y cárcel El derecho al cuidado de mujeres familiares de personas privadas de libertad 9 de abril, 2024Leer ahora Libertad, un camino de resiliencia y aprendizajes para Claudia 9 de marzo, 2024Leer ahora El sueño de un maestro que está cambiando vidas 1 de agosto, 2023Leer ahora

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