“Animo a todos los jóvenes a aprender una profesión”

“Animo a todos los jóvenes a aprender una profesión”

30 de julio, 2024 | Autor: CWS | Haití, Historias de cambio

Taller de reparación de teléfonos celulares. Foto: OPFSLDIBH.

Usar un celular se ha vuelto casi esencial para las personas en los últimos años. Este dispositivo ha evolucionado de una simple herramienta de comunicación a un valioso recurso de trabajo y estudio. En Baie-de-Henne, ubicado en el noroeste de Haití, un grupo de jóvenes aprovechó la oportunidad para mejorar sus ingresos y calidad de vida reparando equipos en su comunidad.

 

Recientemente, 23 jóvenes participaron en una capacitación en reparación de celulares centrada en técnicas de decodificación, redes móviles, actualizaciones de firmware, desbloqueo de tarjetas SIM y reparaciones de software y hardware. Esta actividad fue parte del proyecto «Construyendo Resiliencia”, implementado por nuestro socio local Organisation des Planteurs de Fond Saint-Luc pour le Développement Intégré de Baie-de-Henne (OPFSLDIBH).

 
Salem Oreus, 38 años. Foto: OPFSLDIBH.

Salem Oreus fue uno de los participantes. Él tiene 38 años, completó un año de secundaria, está casado y tiene dos hijas. “He estado reparando teléfonos desde 2008. Mis habilidades se basaban en la experiencia, la prueba y el error, pero sin mucho conocimiento. También reparo radios y televisores. Los ingresos de la reparación de teléfonos me ayudan a mantener a mi familia y formar parte en grupos de ahorro”, dijo.

 

Gracias a la capacitación, Salem aprendió a hacer reparaciones más complejas de dispositivos, como desbloquear tarjetas SIM, actualizar firmware y crear cuentas de correo electrónico. Él compartió: “Ahora comprendo mejor sobre las redes y la tecnología, y puedo hacer mejor uso de nuevos materiales en las reparaciones y la decodificación”.

 
Obender Palmy, 21 años. Foto: OPFSLDIBH.

Otro participante fue Obender Palmy, un joven de 21 años que completó la escuela secundaria y vive con sus padres. Aunque siempre le interesó mucho la tecnología, no podía pagar educación superior o cursos especializados. “Me interesaba decodificar celulares, pero no podía encontrar oportunidades de aprendizaje asequibles. Gracias al club AEB y OPFSLDIBH, fui seleccionado para adquirir conocimientos en esta área. Ahora, estoy orgulloso de reparar celulares”, comentó.

 

Con sus nuevas habilidades, Obender abrió una cuenta de ahorros y comenzó un pequeño negocio vendiendo baterías, cables y otros suministros para dispositivos, además de ofrecer servicios de transferencia de dinero por celular. “Mi trabajo y los servicios que ofrezco en la comunidad aumentan mis ingresos, me ayudan a lograr autonomía financiera”, explicó Obender, y añadió que “debido a la inversión limitada en materiales, no puedo ofrecer más servicios, lo que me arriesga a perder clientes debido a las herramientas que me faltan”.

 

Reconociendo el potencial de Obender, el personal de OPFSLDIBH lo visitó a él y a otros dos participantes seleccionados para ofrecer préstamos para la compra de herramientas y materiales adicionales necesarios para expandir sus negocios.

 

En el futuro, Obender y Salem aspiran a avanzar en su aprendizaje en reparación de computadoras. Ellos creen en la educación y capacitación vocacional de los jóvenes. Salem está comprometido a ayudar a otros jóvenes en la comunidad para que desarrollen sus habilidades y autonomía financiera. “Animo a todos los jóvenes a aprender una profesión” dijo. 

 

De manera similar, Obender está dedicado a compartir sus experiencias de capacitación para inspirar a más jóvenes a educarse y explotar sus habilidades. “Estoy agradecido con los equipos de OPFSLDIBH y CWS por esta capacitación, que me ayudará a ofrecer más servicios en la comunidad y aumentar mis ingresos”, expresó.

 

El proyecto Construyendo Resiliencia cuenta con el apoyo financiero de Growing Hope Globally.

“Las mujeres de esta comunidad parecen haber despertado de un largo sueño”

"Las mujeres de esta comunidad parecen haber despertado de un largo sueño"

24 de julio, 2024 | Autor: CWS | Gran Chaco Sudamericano, Historias de cambio

Capacitaciones sobre leyes y derechos humanos. Foto: Carlos Cáceres.

En la aldea de Sawhoyamaxa del pueblo Enxet (Paraguay), Mariana Ayala es madre, abuela y líder de las mujeres. Ella participó en todas las capacitaciones implementadas por nuestro socio local, Pastoral Social Diocesana Benjamín Aceval (PSDBA) y hoy desempeña un papel clave motivando a otras mujeres para que conozcan sus derechos.

 

Recientemente, Mariana y otras líderes reconocidas fueron invitadas a compartir sus historias y lecciones con mujeres de comunidades vecinas donde las capacitaciones sobre empoderamiento estaban por comenzar. Se trata de una de las actividades del proyecto “Desarrollo Rural en Nueve Comunidades Indígenas del Bajo Chaco Paraguayo”, y su objetivo es fortalecer los lazos entre las mujeres dentro de la aldea, mejorar el liderazgo femenino y promover un intercambio de conocimientos y empoderamiento mutuo.

 

Mariana comentó: «Estoy feliz de compartir mi testimonio con las mujeres que viven en estas comunidades. Quiero animarlas a luchar por nuestros derechos, porque tenemos la Ley 904/81 que establece el estatuto de las comunidades indígenas paraguayas de nuestro lado, y debemos usarla como nuestra herramienta».

 

Mariana Ayala es referente de liderazgo en su comunidad. Foto: Carlos Cáceres.

Esta mujer fue testigo de la histórica lucha de las mujeres por la tierra: «Logramos recuperar nuestras tierras ancestrales gracias a la valentía de las mujeres. Seguramente, conocen o han oído hablar de mi comunidad Sawhoyamaxa»*. 

 

Con sincera emotividad, ella contó sobre la razón de su sacrificio para estar presente ese día compartiendo sus aprendizajes: «Ahora soy una mujer mayor. Me alegró mucho recibir, la semana pasada, la invitación para venir aquí. Acepté de inmediato. Anoche apenas dormí hasta las 2:00 a.m., cuidando a una persona enferma. Pocas personas tienen la paciencia para cuidar a los enfermos, pero debemos ser pacientes con los demás. Casi no vengo hoy, pero aquí estoy, feliz de verlas a todas. Esta es mi primera visita a Buena Vista, y vengo con el espíritu de alentarlas para que juntas avancemos en la defensa de nuestros derechos y en el desarrollo de nuestras comunidades».

 

La historia de Mariana es una de las muchas que nos inspiran. Mariza Galeano, madre, abuela y líder entre las mujeres de la aldea Yakye Axa, también participó en el proceso de capacitación que realizó la Pastoral Social. En su comunidad, en lugar de caminos tenían maleza, y ella lideró la limpieza y rehabilitación de la vía junto a su esposo y sus hijos. 

 

Mariza lideró la limpieza de los caminos de su aldea. Foto: Carlos Cáceres.

Mariza comentó: «Quiero compartir lo feliz que estoy con la Pastoral Social. Gracias a las capacitaciones y talleres, las mujeres de mi comunidad parecen haber despertado de un largo sueño. Ahora, conocemos nuestros derechos, queremos que se respeten y luchamos para asegurarnos de que se cumplan. Asistimos a las reuniones comunitarias, participamos, levantamos nuestra voz y pedimos cosas para la comunidad, porque las mujeres tenemos una perspectiva diferente a la de los hombres. Entendemos mejor las necesidades de la comunidad».

 

Mariana Ayala y Mariza Galeano representan las voces de las mujeres en sus aldeas y se han convertido en faros de esperanza y determinación para quienes luchan por un futuro más justo y equitativo.

 

* La comunidad indígena Sawhoyamaxa, del pueblo Enxet, pasó muchos años reclamando el derecho a sus tierras, de las que fue desalojada en la década de los 90. 

 

“Desarrollo rural en nueve comunidades indígenas del Bajo Chaco Paraguayo”, es un proyecto liderado por Church World Service y la Pastoral Social Diocesana Benjamín Aceval con el apoyo financiero de Growing Hope Globally.

“Tenía verguenza de hablar durante las capacitaciones. No conocía que tenía derechos. Hoy en día es como que me desperté”
Sonia Recalde
Lideresa Espinillo
“Esto que hace la Pastoral Social es lo más lindo que puede haber, porque vienen a educarnos sobre los derechos, a saber cómo podemos defendernos. Nos muestran cómo debemos vivir, entre niños, mujeres y varones, como parte de una sociedad”
Martin Cabellero
Líder Espinillo
“Yo tenía miedo de hablar, eso es porque nadie me educó, nadie me enseñó sobre las leyes, pero ahora uso mi conocimiento. Aunque no sé leer bien, tengo en mi mente lo que tengo que decir. Donde voy, hablo sobre mis derechos”
Estelvina Torrales
Lideresa Aldea 9 de Agosto

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Una mirada más cercana a la vida en Haití

Una mirada más cercana a la vida en Haití

16 de julio, 2024 | Autor: CWS | Haití

Una de las actividades que apoya CWS es el de construcción de cisternas. Foto: CWS.

En los últimos años, Haití ha sido frecuentemente descrito de maneras desafiantes y negativas. Estas palabras e imágenes, sin embargo, no capturan el panorama completo del lugar que, para millones de haitianos, es simplemente su «hogar».

 

Haití ha soportado un devastador terremoto, huracanes y problemas continuos relacionados con la pobreza, el crimen y la gobernanza. En Puerto Príncipe, donde se concentran las dificultades, varias embajadas han evacuado a parte de su personal y ciudadanos, el aeropuerto está cerrado y se han decretado toques de queda. Las farmacias y hospitales son vandalizados, lo que agrava la crisis. Son comunes los bloqueos de carreteras impuestos por las pandillas. La gente exige seguridad y una vida mejor.

 

Además de estos problemas, comprender la situación en Haití es complicado debido a la falta de datos confiables y actuales, pues el último censo se realizó hace 20 años. El país no ha tenido autoridades elegidas legítimamente durante mucho tiempo, y la comunidad internacional está intentando establecer un consejo presidencial de transición para organizar unas futuras elecciones.

 

Más allá de estos problemas, en el corazón de Haití hay personas que tienen el derecho de vivir en un entorno seguro y estable dentro de su país. Una de estas personas resilientes es Mercidieu Josaphat, coordinador de una organización socia de CWS en Jean Rebel Dos d’Ane, en el noroeste de Haití. En su hogar, Mercidieu vive con su esposa, tres hijos y dos primos. Como muchos de sus compatriotas haitianos, Mercidieu ve la dualidad de su país: un hogar que ama, pero un lugar con muchos desafíos.

 

Estos desafíos pueden comenzar a nivel más básico con la dificultad para acceder al transporte. «El transporte se ha vuelto cada vez más difícil debido a los problemas de seguridad, con la escasez de gasolina, lo que hace que sea aún más difícil cubrir las necesidades básicas.» En lugares como donde vive Mercidieu, los niños recorren entre tres y seis kilómetros para llegar a su escuela.

 

En algunas zonas rurales, los niños recorren entre 3 y 6 kilómetros para llegar a su escuela. Foto: CWS.

Por su parte, en las áreas rurales donde los programas de CWS apoyan a los agricultores para expandir sus medios de vida y capacidades agrícolas, la agricultura se está volviendo cada vez menos confiable debido a un entorno que cambia rápidamente. Mercidieu compartió que «el 90% de la comunidad depende de la agricultura, pero esto depende mucho de las lluvias. A veces, obtienen pequeñas ganancias, pero otras veces pierden todos los cultivos en los que invirtieron con valentía. En cuanto a la alimentación en las zonas rurales, es muy difícil debido a la inseguridad que prevalece, lo que hace que la vida sea muy costosa en las comunidades», dijo.

 

Aunque un individuo tenga suerte con su sustento, la estabilidad en Haití es difícil de alcanzar debido a los impactos a largo plazo de una historia brutal de colonialismo, interferencia extranjera y barreras políticas y económicas. «Con bandidos y ladrones causando caos frecuentemente, los comerciantes enfrentan amenazas constantes a sus medios de vida, lo que hace la vida increíblemente difícil para sus familias. Esta complejidad ha llevado a las comunidades a luchar por mantener su forma de vida», comentó Mercidieu, y agregó que aunque «Haití es un buen país», es por estas razones que muchos haitianos eligen irse o regresar a sus comunidades rurales.

 

Los participantes de los programas asisten a capacitaciones. Foto: CWS.

Para aquellos que permanecen en Haití, mantener una buena salud mental se ha convertido en un reto diario, especialmente a medida que los recursos se van agotando. Mercidieu señaló que muchos se sienten «desalentados», especialmente los jóvenes, quienes tienen pocas o ninguna oportunidad después de terminar la escuela, y los adultos mayores que no tienen a alguien para que cuiden de ellos. «En nuestra área, muchos ancianos vuelven a ser como niños porque no pueden cuidarse por sí mismos». Para abordar y promover la salud mental en Haití, CWS ofrece atención informada sobre el trauma para comunidades vulnerables. Uno de nuestros proyectos en curso se centra en apoyar tanto a niños y niñas como a adultos afectados por terremotos recientes y ofrece sesiones de terapia individual, sesiones grupales y actividades terapéuticas como el baile y el juego.

 

 

Para aquellos que eligen dejar Haití, los caminos se están volviendo mucho más restringidos y peligrosos. «Las formas legales para que alguien salga del país incluyen aplicar a través de canales oficiales. Sin embargo, debido al alto nivel de inseguridad, incluso obtener una visa en la embajada estadounidense, en Puerto Príncipe, puede ser desafiante», dijo Mercidieu. Añadió que un método alternativo común es partir en barcos, una ruta que lamentablemente puede terminar en tragedias mortales. Para los haitianos que llegan a los Estados Unidos en busca de asilo, las oficinas locales de CWS están listas para apoyar en cada paso del proceso de reasentamiento.

 

Construcción de casas tras las emergencias causadas por el terremoto. Fotos: CWS.

Durante los 70 años que CWS ha trabajado en Haití, seguimos apoyando tanto el derecho a quedarse como la libertad de migrar. Actualmente, operamos en dos de los diez departamentos de Haití: Grand’Anse y el Departamento del Noroeste. Allí tenemos operaciones continuas de respuesta a desastres y recuperación a largo plazo enfocadas en medios de vida, agroecología, resiliencia al cambio climático, vivienda, WASH (agua, saneamiento e higiene) y salud mental. Nuestro equipo en Haití está compuesto por doce miembros que trabajan como ingenieros, profesionales de la salud mental, especialistas en ganadería y gestores de programas. Juntos, estamos comprometidos en cuidar a nuestros vecinos haitianos ayudándoles a crear un hogar más seguro, ya sea en Haití o en otro lugar.

 

 

Para obtener más información sobre el trabajo que realiza CWS en América Latina y el Caribe, haz clic aquí.

Las manos de doña Santos cosechan el futuro de su familia

Las manos de doña Santos cosechan el futuro de su familia

17 de mayo, 2024 | Autor: CWS | Centroamérica, Historias de cambio
Foto: CASM.

En la comunidad de Cunta, una pequeña vereda de Macuelizo, Santa Bárbara (Honduras), doña Santos está inspirando un cambio. Ella atravesó una fase de muchos desafíos tras la pérdida de su esposo y uno de sus cinco hijos, pero con el apoyo de su familia, logró sobreponerse y pasó de ayudar en la venta de verduras de un terreno ajeno a tener su propio espacio de cultivo. Ahora, cuenta con un equipo de jóvenes de la comunidad que la apoyan en la distribución de las verduras que cosecha y ya está planeando abrir su propia tienda.

 

La suya es una de las 21 familias de la zona que están participando en el proyecto ‘Produce Verde’, implementado por nuestro socio local Comisión de Acción Social Menonita CASM, con el apoyo de Growing Hope Globally.  En total, son 750 familias en los municipios de Macuelizo, Nueva Frontera y Azacualpa. 

 
Foto: CWS.

Por aquí siempre hemos tenido problemas de agua. Yo antes no sabía usar la motobomba, todo era más difícil. Después, fuimos aprendiendo más cosas”, cuenta doña Santos. Y es que precisamente, uno de los componentes del proyecto es la Seguridad Alimentaria Nutricional y Agricultura Familiar, que se enfoca en la formación en salud y nutrición de las familias rurales para fortalecer sus capacidades y promover su desarrollo. 

 

Familias como las de doña Santos reciben acompañamiento técnico, participan en diversas actividades de producción, saneamiento ambiental y prácticas sostenibles. Los participantes también asisten a reuniones con el gobierno local y a actividades sobre los derechos de las mujeres, emprendimiento y autocuidado.

 

Participando en las formaciones, doña Santos aprendió a usar abonos orgánicos, aumentó la calidad de sus cultivos y aprendió a manejar sus ingresos. 

 
Foto: CWS.

Me siento muy bien porque ahora que estoy en este proyecto, he prosperado un poco.  Tampoco tengo que comprar comida para mi familia, todo viene de la tierra. A veces, compramos chile. Ya estuve con un grupo de mujeres aprendiendo a hacer encurtidos.” 

 

Después de muchos años con una rutina que comienza a las 4:30 de la mañana, el trabajo de doña Santos se ha vuelto desgastante para su salud, pues a veces le duele mucho una rodilla y no puede salir a vender en su carreta. Sin embargo, ella ya está pensando en una solución: “Pienso poner una tienda para vender mis cosas. Yo no guardo el dinero sino que lo voy invirtiendo otra vez en el negocio”, dijo.

 

Además de su proyecto con frutas y verduras, ella tiene un corral de gallinas y ya está preparando otro espacio para recibir la donación de un cerdo. 

 

Haz clic aquí para conocer más sobre los programas que acompañamos en Centroamérica.

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La Plataforma NNAPES llama a la acción ante los más de dos millones de niños y adolescentes con familiares privados de libertad en América Latina

Jornadas de atención comunitaria que transformaron el espíritu de ayuda de sus participantes

15 de mayo, 2024 | Autor: CWS | Comunicados de prensa

Delice Lynch. Foto: CWS.

Ser conscientes de la importancia de la salud mental posibilita un camino en el que las personas aprenden a manejar situaciones post traumáticas tanto en el trabajo como en sus vidas personales.

 

Antes del huracán Dorian, los trabajos del Dr. Gregory Swann como psicólogo de la policía en la isla de Grand Bahama (ubicada al norte de las Bahamas), giraba en torno a la colaboración con agencias gubernamentales; pero tras las emergencias del 2019, él amplió su rol y perspectiva de ayuda al prójimo.

 

A través del proyecto de Apoyo Psicosocial y de Salud Mental de la Asociación Psicológica de las Bahamas (BPA, por sus siglas en inglés), el Dr. Swann se certificó como instructor en primeros auxilios psicológicos, y su misión se extendió más allá de sus deberes habituales: Realizó chequeos de bienestar a los socorristas, sobrevivientes y a la comunidad en general, lo que le permitió interactuar con adolescentes y el personal escolar en áreas afectadas por las emergencias.

 

Algo similar sucedió con Delice Lynch, en las islas de Abaco, pues a través del proyecto amplió sus horizontes de cómo llegar a las comunidades que no tienen acceso a programas educativos formales como conferencias y seminarios. Antes, ella ayudaba distribuyendo alimentos, pero luego de formarse como educadora comunitaria con la BPA, su perspectiva de lo que podía hacer creció. 

 

El Dr. Swann recibiendo un regalo de agradecimiento por su presentación. Foto: CWS.

“Calle por calle, compartí información vital sobre cómo manejar el estrés en situaciones de crisis, dejando números de línea de ayuda para aquellos que necesitaban apoyo adicional”, dijo Delice.

 

Por su parte, el Dr. Swann también colaboró con el equipo para formar y coordinar un comité de pastores y líderes de iglesias haitianas en Abaco: «Distribuimos números de líneas de ayuda, realizamos presentaciones de manejo del estrés con la ayuda de un traductor, distribuimos paquetes de cuidado y organizamos una mini feria de salud para un segmento de la comunidad».

 

El Dr. Swann aseguró que estas actividades le enseñaron el valor de la resiliencia y la interconexión de las comunidades en tiempos de adversidad; mientras que Delyce comentó: “Me he vuelto más empática con las personas que viven en situaciones de angustia. Entiendo más plenamente que: “Allí, salvo por la Gracia de Dios, voy”.

 

La BPA es una organización profesional de psicólogos en las Bahamas “que se esfuerza por promover el bienestar humano mediante el estímulo de la psicología en todas sus ramas de la manera más amplia y liberal posible”, como los describen en su sitio web. Con el apoyo de CWS, Episcopal Relief and Development y Presbyterian Disaster Assistance, la Asociación lideró un programa de recuperación a largo plazo para comunidades afectadas por la pandemia del COVID-19 y el Huracán Dorian.

Jornadas de atención comunitaria que transformaron el espíritu de ayuda de sus participantes

Jornadas de atención comunitaria que transformaron el espíritu de ayuda de sus participantes

10 de abril, 2024 | Autor: CWS | Haití

Delice Lynch. Foto: CWS.

Ser conscientes de la importancia de la salud mental posibilita un camino en el que las personas aprenden a manejar situaciones post traumáticas tanto en el trabajo como en sus vidas personales.

 

Antes del huracán Dorian, los trabajos del Dr. Gregory Swann como psicólogo de la policía en la isla de Grand Bahama (ubicada al norte de las Bahamas), giraba en torno a la colaboración con agencias gubernamentales; pero tras las emergencias del 2019, él amplió su rol y perspectiva de ayuda al prójimo.

 

A través del proyecto de Apoyo Psicosocial y de Salud Mental de la Asociación Psicológica de las Bahamas (BPA, por sus siglas en inglés), el Dr. Swann se certificó como instructor en primeros auxilios psicológicos, y su misión se extendió más allá de sus deberes habituales: Realizó chequeos de bienestar a los socorristas, sobrevivientes y a la comunidad en general, lo que le permitió interactuar con adolescentes y el personal escolar en áreas afectadas por las emergencias.

 

Algo similar sucedió con Delice Lynch, en las islas de Abaco, pues a través del proyecto amplió sus horizontes de cómo llegar a las comunidades que no tienen acceso a programas educativos formales como conferencias y seminarios. Antes, ella ayudaba distribuyendo alimentos, pero luego de formarse como educadora comunitaria con la BPA, su perspectiva de lo que podía hacer creció. 

 

El Dr. Swann recibiendo un regalo de agradecimiento por su presentación. Foto: CWS.

“Calle por calle, compartí información vital sobre cómo manejar el estrés en situaciones de crisis, dejando números de línea de ayuda para aquellos que necesitaban apoyo adicional”, dijo Delice.

 

Por su parte, el Dr. Swann también colaboró con el equipo para formar y coordinar un comité de pastores y líderes de iglesias haitianas en Abaco: «Distribuimos números de líneas de ayuda, realizamos presentaciones de manejo del estrés con la ayuda de un traductor, distribuimos paquetes de cuidado y organizamos una mini feria de salud para un segmento de la comunidad».

 

El Dr. Swann aseguró que estas actividades le enseñaron el valor de la resiliencia y la interconexión de las comunidades en tiempos de adversidad; mientras que Delyce comentó: “Me he vuelto más empática con las personas que viven en situaciones de angustia. Entiendo más plenamente que: “Allí, salvo por la Gracia de Dios, voy”.

 

La BPA es una organización profesional de psicólogos en las Bahamas “que se esfuerza por promover el bienestar humano mediante el estímulo de la psicología en todas sus ramas de la manera más amplia y liberal posible”, como los describen en su sitio web. Con el apoyo de CWS, Episcopal Relief and Development y Presbyterian Disaster Assistance, la Asociación lideró un programa de recuperación a largo plazo para comunidades afectadas por la pandemia del COVID-19 y el Huracán Dorian.

El derecho al cuidado de mujeres familiares de personas privadas de libertad

El derecho al cuidado de mujeres familiares de personas privadas de libertad

9 de abril, 2024 | Autor: CWS | Niñez, familia y cárcel
Representantes de RIMUF en la audiencia de la CIDH. Foto: CWS.

¿Qué significa tener derecho a cuidar y cuidarse? ¿Qué hacen los estados o están dejando de hacer para proteger este derecho fundamental de las personas? Estos fueron algunos de los principales puntos que abordaron las compañeras de la Red Internacional de Mujeres Familiares de Personas Privadas de la Libertad – Rimuf junto a organizaciones aliadas como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) de Argentina, en la audiencia pública sobre la solicitud de opinión consultiva presentada por Argentina para que la Corte Interamericana de Derechos Humanos precise los alcances del cuidado como derecho humano.

 

La presentación comenzó con las palabras de Macarena Fernández Hoffman, del CELS quien hizo hincapié en el hecho de que “Las mujeres privadas de la libertad ven afectado su derecho a cuidar porque los sistemas están diseñados para retirar a las personas de sus entornos sin consideración de su responsabilidad de cuidado. Ellas mantienen la misma sobrecarga de cuidado que tenían en libertad, que se complejiza al tener que ser resuelta a la distancia y con pocos accesos de comunicación con el exterior”.

 

Luego de eso, Maureen Esquivel, representante de Familia Penitenciaria Unida de Costa Rica afirmó que: “El encarcelamiento de una persona aumenta nuestras responsabilidades de cuidado y nos obliga a organizar nuestras vidas y proyectos para poder sostener esos cuidados, violando nuestro derecho al descanso. Es así que las mujeres familiares cargamos no con una doble, si no con una triple jornada laboral”.

 

Por su parte, Giselle Amador, de la misma organización, concluyó: “Creemos que estos principios son esenciales para el reconocimiento de los derechos de las mujeres familiares de personas privadas de libertad que, repito, han tenido una carga ilegítima de los apoyos de las personas privadas de la libertad”.

Recopilamos estas y otras apreciaciones aquí:

Conoce más sobre el trabajo de RIMUF aquí.

Conoce más sobre nuestro trabajo con mujeres familiares de personas privadas de libertad aquí.

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Libertad, un camino de resiliencia y aprendizajes para Claudia

Libertad, un camino de resiliencia y aprendizajes para Claudia

9 de marzo, 2024 | Autor: CWS | Historias de cambio, Niñez, familia y cárcel
Claudia Cardona.

Claudia Cardona hizo de su historia de vida una voz para muchas mujeres privadas de libertad o que acaban de recuperarla. Lideró, con sus compañeras, la creación de Mujeres Libres Colombia y ha ganado un lugar en debates, audiencias y encuentros nacionales y regionales sobre el tema. Cada día, ella se reconcilia más con un pasado que le dejó valiosos aprendizajes.

 

Cuando estuvo en prisión, en varias ocasiones fue elegida como representante de los Derechos Humanos, pero como desconocía tantas exigencias que podía hacer, normalmente pedía ayuda con alimentación y productos de higiene.

 

En el 2017, Claudia salió de la cárcel, entró a formar parte de la Comisión de Seguimiento al Estado de Cosas Inconstitucional de Colombia y conoció algo que la dejó impactada: las Reglas de Bangkok.

 

«Yo no podía creerlo», recuerda, y es que sólo después de nueve años y tres meses en prisión, supo de la existencia de un recurso que le hubiera ayudado mucho antes. Igual le pasó con el reglamento del instituto penitenciario de Colombia Inpec, documento que exigió muchas veces y que sólo conoció al salir de la cárcel.

 

Un impulso de justicia social la llevó a comparar ambos reglamentos y reportar todos los incumplimientos que no coincidían con la realidad. «Yo quería ver las caras de mis compañeras. Yo conocía sus historias y a cada una le di la regla que yo sabía que habían vulnerado con ellas», recuerda.

 

Mujeres Libres Colombia.

Esto quedó plasmado en el tercer informe de la Comisión de Seguimiento. Menos de un año después, y con la experiencia que venía cultivando, Claudia fundó, junto a otras compañeras, Mujeres Libres Colombia.  Esta organización busca eliminar el sufrimiento para todas las mujeres y sus familias, fomentando la abolición de la prisión y, mientras esto sucede, mitigando sus efectos negativos a través del apoyo y la solidaridad mutua. 

 

«Aquí las mujeres encontraron un lugar para desahogarse, porque no podían hablar de esto (sus vivencias, denuncias, experiencias) en sus casas. Aquí era un espacio seguro para todas«, comenta Claudia, y describe que cuando las mujeres salen de prisión, se enfrentan al desafío de reconstruir una familia desconectada o enterarse de que sus hijos pasaron por maltratos; todo esto, mientras buscan trabajo, intentan integrarse a la sociedad y recuperarse psicológicamente.

 

En su caso, para Claudia lo más importante fue encontrarse con su hija. En una ocasión, la invitaron a dar una conferencia en Chile y decidió llevarla. Por inconvenientes en Migración, donde detuvieron a Claudia durante 12 horas, ella perdió el vuelo, pero animó a su hija a que siguiera el viaje con una compañera de trabajo, quien estaba autorizada como su acudiente. 

 

Así fue: Ella no sólo representó a su mamá sino que compartió sus reflexiones y recuerdos, como el haber aprendido a cocinar a través de una llamada telefónica. «Ella vio la oportunidad de lo que yo estaba haciendo para vivir su proceso y aprender», asegura Claudia. En los años siguientes, su hija se involucró más en las actividades de Mujeres Libres Colombia.

 

Por otro lado, en el 2021 la organización entró a formar parte de la Red Internacional de Mujeres Familiares de Personas Privadas de la Libertad RIMUF, plataforma que abrió más caminos y posibilidades para conectar con otras mujeres en el continente.

 

Miembros de la organización. Fotos: cortesía Mujeres Libres Colombia

El año pasado, el trabajo de la organización dio más frutos. Precisamente, el 8 de marzo, el presidente de Colombia Gustavo Petro, sancionó la Ley 2292 de 2023, que permite a mujeres cabeza de familia cumplir sus penas fuera de la prisión, prestando servicios sociales no remunerados. 

 

Paralelo a esto, Mujeres Libres Colombia adelantó más acciones de incidencia y logró por la sanción de la Ley de Salud Menstrual en el 2022, ahora están abogando para que se reglamente. En el 2023, la organización logró dictar 15 talleres de salud sexual y reproductiva  y otros temas, en siete cárceles de Colombia, y capacitó a más de 500 mujeres.

 

Cuando mira para atrás, Claudia asegura que siente orgullo, no sólo por ella sino por las 11 integrantes que hoy conforman la organización, mujeres que antes no lograban hablar y en ocasiones, sólo lloraban. Hoy, son ellas quienes le recuerdan qué temas debe mencionar en las audiencias y ponencias en las que Claudia participa. “Con la visita a las cárceles, ellas también pudieron conocer otros lugares de su país. Muchas, ni siquiera habian salido de Bogotá o viajado en avión”.

 

Desde CWS nos enorgullece acompañar a organizaciones como Mujeres Libres Colombia e historias como la de Claudia, un ejemplo de liderazgo y determinación de una madre que transformó sus peores pesadillas en sueños por construir con su hija y un colectivo de mujeres que cada día se fortalece más. 

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Railda Alves y su lucha por los derechos de las personas privadas de libertad

Railda Alves y su lucha por los derechos de las personas privadas de libertad

8 de marzo, 2024 | Autor: CWS | Historias de cambio, Niñez, familia y cárcel
Foto: AMPARAR.

Cuando una persona comete un delito, se paga una doble condena. La persona va a la cárcel y cumple la suya, pero la otra condena es la que pagan también sus hijos y familiares que quedan afuera sufriendo. Luego, cuando sale, sigue el estigma social. Y esa condena es perpetua”.

 

Railda Alves tiene 57 años, nació en el noreste de Brasil, en Bahía, pero se crió y vive en las afueras de São Paulo desde sus 5 años.

Su historia está marcada por un hecho que cambió su vida para siempre, el día en que su hijo fue arrestado. “Ahí comenzó todo mi proceso, en ese momento no entendía nada”.

 

En una de las primeras visitas ella empezó anotar hematomas y signos de tortura en el cuerpo de su hijo y fue ahí cuando sintió que tenía que comenzar a luchar por hacer valer sus derechos. “Comencé a hablar con otras familias, a repartir papeles escritos a mano  en las filas  de la cárcel con mis datos, para que otras mujeres y familiares  entraran en contacto conmigo. Necesitábamos cambiar toda esa realidad y organizarnos”.

 

Foto: AMPARAR.

Como resultado, en el 2004, y bajo su liderazgo, nació AMPARAR. La organización tiene como objetivo acompañar y asistir jurídica y socialmente a los grupos de familiares de personas privadas de libertad. “Una de las primeras denuncias que hicimos fue en relación a las  revisiones que nos hacen al entrar a la cárcel ya que nos parecía humillante, quedarse ahí desnuda para que me revisaran y confirmaran que  no llevaba nada ilegal o prohibido”.

 

AMPARAR se reúne virtual y presencialmente de manera regular para escuchar a los familiares y acompañarlos durante estos procesos. “Son personas invisibles para el poder público y que no reciben ningún tipo de ayuda”, dice Railda, quien señala que en primer lugar para ella, la organización le ha brindado un acompañamiento fundamental , pues cuenta con apoyo psicológico y una red de contención  que la acompañan cuando se acerca la fecha de visitar a su hijo en la cárcel.

 

“Para mí también es difícil. A veces pienso que no tengo más fuerza, pero llega un nuevo caso, y comienzo a hacer el acompañamiento, y eso me ayuda incluso, a salir de mi propio problema. Mi vida es eso, estar pendiente del celular a toda hora para acompañar a las familias”.

 

Ralida junto a miembros de AMPARAR.

Por otro lado, Railda comenta que también la alienta saber que “hay organizaciones en otros países que sostienen luchas similares”. En este sentido, destaca la participación y lo importante que ha sido para la organización el integrarse a la  Red Internacional de Mujeres Familiares de Personas Privadas de la Libertad (RIMUF), fundada en el 2021 gracias al apoyo de CWS. Hoy en día, RIMUF se ha transformado en una referencia a nivel regional en relación a temas relacionados con el género, la justicia y la cárcel.

 

“Cuando uno participa en estas redes, empieza a tener otra visión, porque entiende que no sólo en su país existen estos problemas y entiende que la cuestión del encarcelamiento es global. Es muy importante poder escuchar y entender otras perspectivas en relación al tema”, dice.

 

La historia de Railda Alves es un testimonio de resiliencia y dedicación de una madre que transformó la adversidad en una fuerza para cambiar la realidad de las familias afectadas por la prisión en Brasil. Desde CWS nos enorgullece acompañar a organizaciones como AMPARAR, lideradas por mujeres que nos enseñan, inspiran y lideran acciones para generar cambios positivos en la sociedad.

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CWS trabaja en más de 30 países incluyendo Estados Unidos y es miembro de la Alianza ACT y de InterAction (Consejo Estadounidense para la Acción Internacional Voluntaria).

 

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